Volvemos a releer el cuaderno de bitácora. Estamos perdidos. Pañuelos sucios. Tinta perdida. Zafiros y rayos diáfanos. Claves que anuncian macabros vicasterios. Demasiada inquisición con el estómago vacío. Más de la permitida, más de tolerable en dosis limitadas. Seguimos derivando hacia una isla que nunca llega, con o sin pijoapartes a los que venerar.
Vicasterios... Tanto estudiar idiomas..
ResponderEliminarSiempre te encuentras alguna en castellano que desconocías. Y eso que vas a misa y eres buena persona.
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