Nos hemos convertido en prestamistas de sueños ajenos, en usureros de deseos que no nunca se van a cumplir. Vamos en mitad del duelo, pero la copa sigue inmensamente llena de aire. Hígados secos y pesadilla continua. Jodiendas mironianas que el anticiclón en el que nos encontramos nos provoca.
Depende de los sueños que sean.
ResponderEliminar