Llegamos a las puertas del invierno pero no encontramos nada; llegamos a las mismísimas entrañas del asunto pero lo complicamos aún más todavía. No hay pistas, no hay brújulas en mitad de ningún sitio. Locura hasta la saciedad. Las piedras no llegan a ningún sitio. Preocupaciones al segundo, multiplicadas hasta el infinito. Hierro y níquel al poder.
Y siguen las palomas...
ResponderEliminarYeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeepa
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