Menos risas que otras veces en la tercera temporada de Catastrophe. No siempre puede estar uno en una espiral de sonrisas aunque te lo pida el cuerpo. El drama llega a la ciudad, aunque, de vez en cuando, vuelvan los chascarrillos y tita Carrie para despedir(se) no tiene ni tiempo. En esta ronda de seis hay decepción conyugal, desamor fraternal, envidias, lujuriosos recuerdos, duelos, reentradas laborales, ascensos y sermones, y preocupaciones. Es momento de pensar en el futuro: hipotecas, hijos, niñeras, dolor por la muerte de seres queridos, problemas de alcoholemia, cornamentas y cuitas varias. Pero siempre hay un momento de chispa en Catastrophe.
Con ese título no esperaba muchas risas, pero igual es irónico.
ResponderEliminarSí que te ríes...
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