Pasando del arre al so, que para eso seguimos siendo animales. Pasamos de la tortura a la felicidad, del desánimo al éxito más absoluto. Luego nos despertamos, empapados en un sudor que nos hace pensar en perfiles, en nieblas, en patrias con y sin mayúscula. O cómo se diga. En esas estamos, viciados de costumbres, de modas envejecidas que diría el profesor Pepe Perona. Volvamos a mirarnos en esos espejos de bibliotecas sin fondo. Y todo lo demás, también.
Hay momentos de todo tipo.
ResponderEliminarLo dicho, del arre al so
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