viernes, 16 de febrero de 2018
Algo en que creer. Primera temporada.
Empezando con citas del Éxodo (20,3), cualquier idea previa sobre Algo en que creer se queda corta. A veces espesa, a veces densa, a veces explosiva, a veces necesaria, a veces para tirar cohetes. ¿Qué es lo que creemos? ¿Qué es en lo que creemos? ¿Cree la Iglesia en ella misma? ¿Pueden los ateos doblegar a la Iglesia? ¿Hay que convencer a los ateos para mandarlos al lado oscuro? ¿Tememos morir? ¿Tememos a la muerte o a la vida? Creer en Dios es hipercontrovertido. ¿El hombre moderno puede creer en Dios? ¿Qué tenemos cuándo perdemos el rumbo? ¿Podemos vivir bajo ciertos principios? ¿De verdad no hay nada que temer? ¿Pueden ser buenas ciertas despedidas? ¿Hay que dialogar con el Islam? ¿Nos condenamos los cristianos en separar a Padre, Hijo y Espíritu Santo? ¿Teológicamente nos metemos en jardines haciéndonos estas preguntas? ¿Somos cuestionados sobre ciertas preguntas sobre las mujeres? ¿Duda Cristo de cada uno de nosotros? ¿Mateo 12, 13? ¿Hay nueva iglesia y vieja iglesia? ¿Se puede comulgar con la nueva iglesia de las redes sociales? Errores, superstición, amistad traicionada, valores comprometidos, exigencia y legislación. Algo en que creer equipara nuestros sentimientos, criar malvas no es una opción. Pensamientos islámicos, budistas. Cráneos que explotan y almas que escapan. Perder hijos y buscar brindis con los que olvidar. Incluso con agua mineral se puede brindar. ¿Hay muchas iglesias o pocos feligreses? ¿ES la iglesia industria del entretenimiento? ¿Es la mentira la reina del siglo XXI? Bajo el prisma de la mentira institucionalizada, de la verdad sacaralizada, del caramelo y la pompa de chichle, Algo en que creer nos obliga a preguntarnos por lo dicho y lo hecho, por las voces del pasado y las visiones futuristas, por el drama de nuestras equivocaciones y la ficción de lo que no hicimos. ¿O era todo al revés? Preguntas, preguntas, preguntas. Demasiadas preguntas nos llevan al error y ninguna pregunta al horror más absoluto. Y todo lo demás, también.
Mejor no la veo.
ResponderEliminarEs una opción
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