sábado, 19 de mayo de 2018
DILO EN VOZ ALTA Y NOS REÍMOS TODOS
Me regaló Lali Dilo en voz alta y nos reímos todos [Manual (gamberro) de supervivencia en Secundaria] por mi 41 cumpleaños. Y es lo que tiene ser docente, que siempre estamos con la docencia entre las cejas. Queramos o no, siempre acabamos hablando del instituto, poniendo a parir al Jefe de Estudios, comparando Alquerías con Totana, poniendo Beniel por los suelos, recordando La Flota, imaginando volver a Alhama, pensando en aquellos dos años en El Carmen, volviendo a aquella sustitución de Cehegín, terminando un curso donde había estudiado con anterioridad (Espinosa), makreando un rato en el Ingeniero, madrugando y terminando la noche en el Saavedra y en el Peral, riendo en el Jiménez de la Espada, escapando al Lejías en Torreagüera... Será por anécdotas, será por institutos. Y, al final, todos se comparan, se ponen en una balanza, y el equilibrio es imposible. Habla siempre Moncho Monsalve del equilibrio en baloncesto. Imposible. Pero algunos se salvan, equilibrados o no. ¿Seguro que las tizas pueden cambiar el mundo? No sé yo. De vez en cuando uno se reconcilia con el género humano. Siempre hay un alumno (dejo lo de alumno/alumna para seguidoras de la exministra del ramo [que no rama] y feminazis trasnochadas) que hace que te levantes a las 5 de la mañana para preparar esa presentación en PP que pones y dura 3 minutos. Alguno se salva. De vez en cuando. Y no. Un IES en España, en lo que queda de España, en las 19 Españas, no es un instituto de serie gringa. No. ¿Cuántos Keating hay por centro? Después de la película que no es el IES, escribe Fernando J. López sobre lo expertos que somos todos los que nos dedicambos (interinamente hablando en mi caso) a la educación. O a la guardería/ludoteca que se ha convertido el primer ciclo de la ESO, parte del segundo y un % importante de Bachillerato. Yo soy más de Noruega que de Finlandia. Hablo con algunos de mis alumnos de Skam y de su inminente versión española. Y volvemos a hablar de Skam. Una y otra vez. Y hemos visto este año La Peste, y la serie sobre ISIS y Alemania 83. Pero el ejemplo de Skam me gusta (y ahora que empieza el Ramadán y algunos no beben agua en clase, más todavía). Bastante. La tercera pata de la silla, o del banquillo de los acusados se refiere a las mentiras, mentirijillas y mitos de la ESO. No sé si el BUP era perfecto porque no hice BUP, hice una reforma experimental de la LOGSE (REM). De la EGB si que me acuerdo (en un colegio público): rezar a primera hora con Doña Carmina y Don José María, que don Pedro (este curso trabajo en mi departamento con su hija Concha) me castigara porque me reía de los que no sabían hacer los ejercicios (¿¿¿eso sería hoy acoso a un compañero???), de don Matías y sus comentarios cuando en carrera continua me ponía a hacer pompas con el chicle, del loco de Don José Antonio... Me acuerdo de la EGB como si fuera ayer. Y no. No estudié Latín y ando en este mundillo (nunca es tarde, que siempre hay un Sergio Ramos y no solo en Izquierda Unida, en Ahora o en Cambiemos). Será por marcas blancas... Eso del corporativismo, mentira. Mentira. En el curso 14/15 un individuo le pegó a un compañero y no se habló de eso en el claustro. Y el curso pasado falleció un compañero y ni se pararon las clases... Tal que así. Somos un proletariado sin escrúpulos. Y no es que el bilingüismo sea surrealista. NO. Lo escribo con mayúsculas como el título de este libro. No. El bilingüismo es un cuento chino, una división arbitraria para separar a los menos malos del resto. Pero resulta que los del bilingüe no son menos malos, ni son brillantes (salvo excepciones como la del nombre del cine donde estaba la parada del bus a Cartagena). Mentira cochina lo del bilingüismo. Hoy Keating diría en clase: "Oh Consejero, mi Consejero...". O tal vez, no. El siguiente apartado del que escribe FJL hace referencia a la sala de profesores. Si. Ese lugar donde el curso pasado nos miraban a Ismael y a mí mal porque estábamos siempre riéndonos y de buen rollo. Y no nos engañemos: hay mucho profe que nació con el palo que le metieron a Gadafi antes de matarlo de serie. Es así. Ahora podríamos decir aquello de "Muamar, si es que una retirada a tiempo te hubiera venido de cine...". Pero no. Todavía hay docentes que llegan a los 70 dando clase. Y he conocido unos cuantos ($$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$). Trienio, Sexenio y tiro porque me toca. Juntas de evaluación (o como perder el tiempo sin motivo aparente, casi como hace Sergio en los parques de Molina y Cieza). ¿Cambiar notas en la junta de evaluación? ¿Qué mierda? ¿Aprobar por imperativo legal? ¿Titular 4º de ESO con dos materias pendientes? Sí: ese es el sistema educativo de mierda que tenemos. Escribe también FJL de la rueda de principio de curso para pedir grupos (yo este año he vuelto a participar en ese mecanismo al que no había llegado desde el curso 07/08). El momento de sacar los más bajos instintos entre el departamento y joder miradas cada horita del resto del curso de reuniones de Departamento (¿En este instituto se hacen reuniones de departamento). Me gusta esa comparativa de FJL en la rueda departamental: ese nuevo feudalismo en el que señor/jefe de departamento (FJL lo llama abeja reina) tiene el deber de mandar y el vasallo/interino de mierda sin taquilla (lo llama zángano) tiene el deber de obedecer, hacer actividades de mierda que no están en tu horario, ir de excursión con alumnos que no conoces y si hace falta lamer los zapatos sucios del director. O llevártelos a casa y dar betún a ese camperiano calzado. Afines, horarios preparados por los desatinados jefes y otras cuitas completan este apartado, sumando y restando guardias, y preguntándote porque los dinosaurios (vulgo, catedráticos) no pasan frío en el patio y tú estás de portero de discoteca (vulgo, concejal de Deportes en épocas pasadas) mientras piensas en el viejo olmo machadiano. Os quiero jefes. Un beso con lengua. Sigue FJL con el manido "todos fuimos novatos". Unos más que otros. Otros más que unos. Habla de máster (preCifuentes). Cierto. El día a día es una locura. Cuando curro con compañeros que empiezan (yo llevo poco, solo desde el 4 de octubre de 2005, me acuerdo de ese martes como si fuera ayer) les digo que todo es mentira. Y es que, repito, este sistema educativo de mierda es mentira. Yo no me relaciono con casi nadie, y me da igual. Por algo me leí hace tiempo Las ventajas de ser un marginado. No me da la gana de relacionarme con nadie que no sepa diferenciar el señorío territorial del jurisdiccional. No me sale de los cojones. Y punto. El siguiente epígrafe al que hace referencia FJL es el libro de texto, esa gran mentira que luego no te puntúa cuando lo haces tú en el concurso de traslados (Lali lo sabe bien). Es un tocomocho. Un sacaperras. Habría que eliminarlos (salvo en honrosas excepciones). Gran mentira en tiempos de la gran mentira. Y FJL, no solo proponen ver cinco películas por tema, no; ahora también series y libros y blogs y la red social 2.0 de Babieca. Sí. Seguro que Babieca tuvo el Twitter del Medievo. Seguro. A la mierda Finlandia. Viva Noruega. Viva la NRK y el espíritu de Silvio Dante. ¿Evaluación cero? Que vocabulario tan trasnochado utiliza FJL. Evaluación inicial que, siguiendo el vocabulario de Guille Giménez, es la evaluación inicial de toda la vida. ¿Cañas los viernes? ¿Con quién? ¿Con tipos con los que hablo por obligación? Ni de coña. Mentira sobre mentira. La tutoría. Me recuerda FJL la tutoría. La tutoría. No existen niños con problemas. Existen padres de niños con problemas. Diez años he sido tutor. Casi nada. De todo. Hay para varios DILO EN VOZ ALTA Y NOS REÍMOS TODOS. Muchos libros. Demasiados. Las salidas al exterior son un tema complejo. Muy complejo. El día 8, en Cartagena, con los de 1º de Bachillerato, mientras comíamos frente al ayuntamiento, llegó un coche de policía nacional y salieron los dos agentes con armas en las manos e hicieron que un tipo que llevaba una gabardina y una mochila (con casi 30 grados) fuese al suelo. Te crees que estás en una película. No es solo lo que hagan los niños, es lo que ocurre a tu alrededor. Demasiadas pegas. Demasiadas. O los viajes de estudio. No me fío. No me he ido nunca, y espero no tener que hacerlo. No me fío. Y de las lecturas, mejor no hablar. No pregunto, como dice FJL. No pregunto sobre las últimas lecturas a compañeros porque el careto que ponen es de cuento gótico antes del suicidio. Antes del Cuervo, antes del Borges de Bioy Casares, antes de El Cuento de la Criada, antes de Mañana me largo de aquí, antes de La Casa Ocre, antes de Los días humillados, antes de Las Pirañas. Hay un antes y un después de Las Pirañas, eso está claro. Pero no. Los obligamos a leer libros que no son adecuados para sus edades. Acaba el libro FJL reflexionando sobre la perversidad de los grupos de padres de WhatsApp (o como se diga). Sin comentarios. Y lo que dicen los padres, las madres y los hermanos mayores. Podredumbre sobre podredumbre. Se pregunta FJL el motivo: ¿Por qué nos gusta ser profes? Pues por muchas cosas: por el careto que ponen cuando les enseñas algo. Y les gusta. Y todo lo demás, también.
Coda: Este libro fue leído en el transcurso de los 16 viajes de autobús y las estancias entre paradas de cada uno de esos viajes entre el 14 y el 18 de mayo de 2018, y estas palabras escritas(casi todas) en la guardia de ese viernes, a última hora, antes de salir corriendo amaralísticamente del IES a las dos y media de la tarde.
Coda 2: Y ese viernes 18 de mayo se cumplía el 38º aniversario de la muerte de Ian Curtis. ¡Viva el espíritu de Ian Curtis! ¡Viva Ian Curtis! ¡Vivan los malditos no comprendidos!
Hombre el bilingüe si se da bien funciona.
ResponderEliminarLo que critico es la segregación que hace
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