Siempre hay alguna canción que se te queda. En la retina, en el oído, en el tacto, en el hígado. En los riñones. En las guindillas diría el hombre de la camisa verde, ahora que viene el tiempo. Y esta canción es una de ellas. De esas que vienen bien (casi) siempre. Para el dolor y el llanto, para el quebranto y el infarto, para el duelo y el infierno. O tal vez, no.
Sí.
ResponderEliminarUn buen himno. Cierto.
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