Los viejos, los que más saben, los que dan consejos y han de ser escuchados con más atención (o simplemente escuchados), dicen que los menos viejos no pensamos lo suficiente en lo que viene, en el dolor, y que siempre nos quedamos con el éxtasis del momento, con la felicidad de lo inmediato. Siempre hay un himno para enfatizar, siempre un himno para subrayar con bolígrafo rojo. Y, el reloj, fuera de la mano, y los pañuelos a mano por si hacen falta.
Pensamos siempre demasiado.
ResponderEliminarVaya verbo pensar
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