domingo, 19 de enero de 2020
Giri/Haji. Primera temporada.
Giri/Haji . Vaya serie. Desde el primer capítulo te das cuenta de que la historia es buena. Pero hay historias buenas que se pierden por el camino. Con H/G no pasa eso, no. Cada capítulo tiene buenas píldoras: mafia, dinero, poder, distancia, amistad, interés. Otra vez, otra recomendación de Mejino antes de que llegara a España. Giri/Haji, con su dualidad de escenarios entrecruzados, con sus viajes sin destino definitivo, con sus nacimientos y sus muertes, con sus idas y venidas, con su sangre envenenada, con sus pubs con propietarios (mío/nuestro), con sus lluvias definitivas, con sus suicidios impenitentes, con su pasado jodiendo la marrana con la lluvia y su nieve y su viento atemporal. Lo mejor de Giri/Haji es que tienes que posicionarte: con la mafia o contra ella sin término medio, con la corrupción policial en el Atlántico y en el Pacífico, con las normas y las reglas en Oriente y Occidente, con sus huidas hacia adelante al otro lado de ninguna parte, con las ausencias en las muertes familiares. Tienes que estar con alguien, con los malos o con los muy malos, con los que mienten sin razón o con los que te engañan sin motivo, con los asesinos profesionales y con los que matan por convicción, por instinto, por entrañas, por las vísceras que todos llevamos dentro. Se preguntan en Giri/Haji si somos malas personas o personas que hacemos cosas malas. El término medio es difícil de evaluar, de situar en esa balanza de dolor que no acaba nunca. O quizás, siempre estuvo aquí. Vaya joya es Giri/Haji.
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