Me estoy imaginando a Ábalos y Delcy con la banda sonora de Succession de fonodo, intentando hablar con el Presidente, con la mirada de la Policía Nacional en el horizonte y buscando al chico de Renfe. Luego, me despierto, y era todo una mentira matizada. Y vuelvo a soñar, y veo una tesis presidencial comparada con el robo de unas cremas; veo el ERE andaluz, entre gambas y puticlubs, y lo comparo con los trajes valencianos; veo el timo murciano del aeropuerto y lo comparo con la dimisión del exministro Huerta. Todo mentira. Viva el rasero, el modo de comparar y medir y mientras hacemos el gilipollas hablando de pin y veto, de pimientos y aceitunas. Otra vez, nada es verdad.
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