Vuelve la segunda temporada de The Politician con más elecciones, con más tridentes, con más diálogos con música celestial de fondo, con más desesperación, con más surrealismo, con más elecciones equivocadas, con más empates que no son empates, con más urnas con doble fondo, con más recuerdos de camisas y jersey al cuello, con dedos que deciden y personas que hacen cambiar. The Politician hace pensar sobre los ascensos meteóricos que tienen muchas curiosidades por el camino. No todo es suerte, pero la suerte es necesaria; no todo es juicio, pero también son necesarios; no todo es basura en la política, pero casi todo es basura. Y todo lo demás, también.
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