viernes, 10 de julio de 2020
12 años y un día sin Sergio Algora
No tengo oposiciones por el pandémico tema, pero el amigo Felipe, con el tema de Aló Presidente que ha compartido (No me gusta pasármelo bien), me ha hecho recordar esas oposiciones de 2008, ese verano de triunfos en Eurocopas luisaragonesistas y en la muerte de Sergio Algora, con su compañera encontrándolo antes de marchar a su encerrona. Creo que fue así. O tal vez, no. Pero nos quedan sus himnos.
Coda: Pero no únicamente sus canciones, sus libros, su forma de afrontar la vida, su forma de comer fuego, sus momentos y sus pausas, y su bar y su estilo de vida. Con la lectura de Los idiotas prefieren la montaña, Aloma Rodríguez lo recordó como se merecía. O quizás merecía más, merecía que lo escucháramos en los recreos, entre clase y clase, entre esta rutina que nos evade y no nos deja imaginar un mundo mejor. O tal vez yo esté equivocado.
Coda 2: Siempre hay un poema al que volver. Siempre.
Coda 3: Y, hay días, escuchando sus himnos, en los que parece que Sergio Algora está vivo. ¿Acaso no lo está cuando leemos No tengo el placer? ¿Acaso no lo está?
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