domingo, 7 de marzo de 2021
El año del descubrimiento
Empieza El año del descubrimiento (vi la versión en tres capítulos) con unas palabras de alguien hablando sobre un colegio de Quitapellejos, sobre un pastor alemán, sobre un patio… Lo cuenta un tipo que fuma en un bar… También ve a un señor mayor en el fondo de un patio… Raro de cojones todo para empezar… Pero era un sueño. Un puto sueño. Estuve dos cursos en Cartagena, 2015/2016 y 2016/2017 y allí nadie hablaba ni del 92, el puto 1992, ni de nada de política. Con el único que hablaba de política era con Antonio Martínez Bernal, un buen socialista, compañero que volvía a la docencia después de su paso por la política, pero hablábamos del posible sorpasso de Podemos al PSOE y otros asuntos. De la Cartagena del 92, ni una palabra. Y precisamente, en el IES Isaac Peral, en plena Paseo Alfonso XIII, unos metros antes de la Asamblea Regional… En el IES Jiménez de la Espada, mejor no hablar de política, que podías meterte en líos. Y luego en doble imagen, un grupo de amigos, en un bar, entre humo, cerveza y copas, habla con música alta de fondo. Y luego, otro bar, un camarero mayor, otro señor de espaldas. Al señor le faltan incisivos frontales, a la vez que camarero es sustituido por la señor mayor que trajina tomates tras la barra mientras prepara una media tostada de mantequilla con tomate. Creo que era de mantequilla… Cervezas en vaso de tubo, mientras se escucha de fondo un periodista hablar del catalán de Cartagena, hablando de las lejas y demás. Y más tipos, con mala cara, fuman y beben en la barra, porque quizás, no tengan otra cosa que hacer. Y así, uno detrás de otro. Gente sin trabajo, gente buscando trabajo, asuntos de perras… Clase trabajadora en un bar de trabajadores. ¿Si tú no tienes dinero te vas a un bar a desayunar? Grandes preguntas. Y una maestra de primaria, hablando de su primero de primaria, de una clase de 16, y empieza a hablar de una nenica (como el que me amenazó a mí la semana pasada en el instituto)… Y más tiempo de bar, y más comerte la cabeza con las pagamentas… Tela marinera. Y hasta hablan de ansiedad, y de almejeros y de chicas drogándose… Y en cada barrio, una historia, una jodienda, un miedo diario, una apuesta diaria, el arrepentimiento por no terminar la FP. Y seguimos pelando patatas, y un mapa con Cartagena, Alumbres, La Unión, Portmán y Escombreras. Cuando estuve en El Peral, tenía varios alumnos de Alumbres en mi tutoría de 1º ESO F, hijos de gente currante y educados, inmigrantes hipertrabajadores, gente que luchaba por sacar a sus críos adelante sudando sangre de verdad. Todavía tengo una cartulina de aquella tutoría que tenía por las mañanas y del 1º ESO D que también era de traca. Pero por las tardes tenía cinco grupos de educación secundaria para adultos a distancia y un bachillerato, también de la misma modalidad, con los que si se podía hablar de la crisis del 92, de la puta crisis del 92. Y nos recuerdan en la diapositiva en El año del descubrimiento, un año antes, en el 91, las empresas que quedaban (tras bajar la persiana la minería) de las que vivían, a su vez, el resto de empresas más pequeñas que conformaban aquella tela de araña que se fue a tomar viento de lebeche (y del otro): Repsol, Bazán, Española del Cinc, Peñarroya, Fesa, Enfersa y Asur. De ellas, miles de empleos que podían desvanecerse. Ahora acabo de explicar en 4º de ESO y en 1º de Bachillerato a mis alumnos de Alquerías el crack del 29 y la Gran Depresión, y siempre pongo paralelismo con las crisis posteriores, y con las más recientes del petróleo, del 92, del 2007… Rasgos comunes y diferentes, pero las fotos de Dorothea Lange y estos rostros de El año del descubrimiento tienen aspectos comunes, tienen desesperación y valen para Las uvas de la ira de ayer y de hoy. Y entre vuelta y vuelta del pescado en la sartén del bar, la señora de las tostadas escucha en la radio a un periodista narrar las manifestaciones en la capital de la Región, en Murcia, las protestas ante la Delegación del Gobierno y ante el Palacio de San Esteban. Y en la radio, ponen nombre y cargo a los culpables: Presidente del Gobierno español, consejero autonómico, alcalde cartagenero y Presidente de la Comunidad Autonóma de la Región de Murcia, el profesor de filosofía Carlos Collado. De filosofía, ni más ni menos, que vivía en su partido un cisma que ríete tú de la corte papal en Aviñón. Yeeeeeeeeeeeeepa. Y el futuro marcado por los padres, y el estudio como utopía, y trabajar para escapar de casa. ¿Pero qué trabajo? Y mujeres en un tanque, y tipos hablando de amoniacos y el barullo del bar. Turno americano, dale que te pego y dale que te pego, cada 21 días, 10 días libres. Yeeeeeeeeeeeeeeeeepa. Viva el turno americano y el cemento. Ritmos, bioritmos y algoritmos cambiantes. Y la contaminación silenciada y de la que los políticos no hablaban, porque se aprovechaban. Y la depresión y la enfermedad y la “neura”. Enfermedad y punto. Vivan los eufemismos, viva la reconversión. Viva el endeudamiento, vivan los avales. El capitalismo y sus daños colaterales. Desahucios antes de que el cura Joaquín estuviera en la plataforma. ¿De verdad el personal creía que se iba a recuperar de aquel dramón? Joder, hasta el Continente sale en El año del descubrimiento, y sale a continuación el anuncio del Holding de Barcelona 92. Y el Telediario de TVE del día 2, en el que salía Emilio Sánchez Vicario (sí, aquel que solo ganaba cuando anunciaba calzoncillos) con la derrota de la Davis. Vaya tiempos los de Sergio Casal y ESV. Qué viejos somos, pijo. ¿Qué sería de nosotros sin los abuelos? ¿Con quién estudian los zagales? Y Yeltsin… Cuando pongo fotos de Yeltsin en clase, y nadie sabe quien cojones es ese tipo, y les cuento que los teletipos de las agencias anunciaban que llegaba a una capital europea y no bajaba de la tajada que llevaba. Y más tragaperras. Ahora nos quejamos de las apuestas, pero es que antes las tragaperras eran lo más. Y el tiempo que hacía que no oía lo de las fiebres maltas… Y la mili, lo que se aprendía en la mili. Y maestras defendiendo que tengan el requisito lingüístico algunas comunidades autónomas… De todo hay en la viña del señor. Y tijeras, y recortes, y todo lo demás. ¿Cómo que la gente de clase obrera vota al PP? ¿Pero no se habló de Collado al principio? ¿Fake news? ¿Logaritmo de Facebook? ¿Se dice clase obrera en el siglo XXI? ¿Qué sería de nosotros sin el turismo? ¿Y entonces qué? ¿La culpa de los curas o de los políticos? ¿Con el PP había trabajo? ¿Y con Felipe González? ¿Solo nos quejamos? Viva la lucha obrera. ¿Y cuándo no hay una crisis? Y las ventajas de la universidad privada. ¿Oportunidad? ¿Leí oportunidad? ¿Ya nadie se queja? ¿Cuántas huelgas en los centros educativos se han hecho con el tema COVID? En la CARM, una. Y en mi centro, 37 de servicios mínimos para que no hiciésemos huelga. Con un par. Y los sindicatos de antes y las de ahora: vivan los sindicalistas de raza, los Marcelino Camacho y el Nicolás Redondo padre, trabajando y luchando. Eso si era sindicalismo, no la mierda de ahora. ¿Suárez? ¿Suárez? ¿Ese era uno de La Casa de Papel? ¿Conciencia de clase? ¿Cómo los futbolistas no tienen responsabilidad? ¿Cómo? Hasta la reflexión sobre el mitin de Vox en el Nelva tenemos en El año del descubrimiento (también pongo las fotos del zulo de Ortega Lara en clase, que tampoco sabe el personal sobre él). Los panaderos, las putas y la Cartagena de noche. ¿Quemar un parlamento? ¿No? ¿Sí? ¿Pros y contras? No sé si era Rosa Belmonte o Muñoz Clares, quien decía que el único artículo que le censuraron en un periódico regional fue en el que escribió que la Asamblea Regional debió dejarse que ardiera entera de lo fea que es. Es que es fea. Fea de cojones (tanto o más que la riñonera naranja que te daban al salir). El 8 de mayo de 2018, la última vez que estuve con los alumnos de Torreagüera, apareció por allí para la foto de rigor de Jesús Cano y que luego llegó con el membrete del PP al IES Monte Miravete. La Cartagena roja, el Almirante Bastarreche, las 50.000 causas de la represión con juicio militar, Aníbal y sus elefantes. Cartagena: ciudad de rojos. Y el hundimiento del Castillo de Olite, del que también hablo cuando estoy con los jóvenes en 2º de bachillerato. Y la radio pirenaica, las carreras con los grises y las carreras por Bazán. Y el recuerdo de una mujer en 1971 en el Partido Comunista y el feminismo dentro de la sociedad. Y ese mismo sentir, con la primera manifestación legal de 1976, pidiendo luz y agua en los barrios, pidiendo asfalto y las reivindicaciones del Movimiento Democrático de Mujeres. Y el micro amarillo de TeleCartagena, testigo de todas aquellas historias en la Asamblea Regional. Y los incidentes: sí, esa era la España del 92 y no la del Dream Team de Magic y Jordan en el Palau de Deportes de Badalona. Era la de la puerta de la Asamblea Regional. Esa y no otra. La de la lluvia de piedras y pelotas de la Policía Nacional, la de los contenedores y los monos azules, la de las vallas y los saltos, la de los gritos y la de un Seat 850 blanco empujado por los manifestantes con un cristal roto. Y todo eso junto a las puertas de la Universidad. El retrato perfecto. El marco perfecto. Y el salto a Santa Lucía y el recuerdo al Apóstol (estoy desde la navidad de 2015 sin ver ese Belén en el que sus imágenes mueven sus piezas que fui a ver con el cura profesor Fernando), y la miseria más absoluta. Y los bares con sus cristos y sus vírgenes y sus estampas de muebles de los yeclanos Rovira y Muñoz. El retrato. Otra vez. Desindustrialización y reconversión (eufemismos de mierda) a través de la modernización, privatización o cierre de empresas, dice la diapositiva de El año del descubrimiento. Más eufemismo, la misma mierda. Y recuerdan también ese 1991 en el que todo se empieza a ir a la mierda en Peñarroya, en Fesa, Enfersa y Asur, en la fundición de plomo de Santa Lucía y en Bazán. Ahora que hablamos de ERE’s, y ERTE’s, en Cartagena aprendieron misa en latín del tema con expedientes de extinción total de empleo para empezar en algunos de estos centros industriales, en otros parciales, en otros mierda sobre mierda. 186 manifestaciones, 117 continuadas, de los trabajadores de Peñarroya, de enero a junio, hasta su cierre, cuentan los extrabajadores de la fundición. Nada de plomo español. El plomo, alemán. Reunificación alemana, con plomo alemán. Mandaban el Helmut de turno y no había marcha atrás. La quema de las vías, la imposibilidad de llegada de barcos al puerto. Todo a la vez. Paralización. Y pasar de obrero a terrorista, en la misma puerta del IES Isaac Peral, en el lateral del IES Jiménez de la Espada. Nervios, inquietud, enfermedad. 127 en 180, dice otro. Pero se acaba el paro, se acaba el subsidio, se acaba todo. Y el empleado de Bazán habla de política, en la lucha entre Ferrol, Cádiz y Cartagena (y compara a Carmen Romero [diputada por Cádiz y esposa de Gónzález], Fraga y el pintamonas de Collado, un don nadie, un filósofo metido a político, un Illa de la época que no estuvo a la altura). Ingenio, miedo, violencia, ira…dice el empleado de Bazán que enterró a su padre alcoholizado. Y el trabajador de Fertilizantes habla del INI. Y el tipo de Fertilizantes empieza a hablar de KIO, Ercros, y la diapositiva pone el nombre de Josep Piqué (consejero delegado de Ercros) y Javier de la Rosa… Todo lo prometido, mentira. Y hasta el alcalde, José Antonio Alonso, y cuenta el trabajador de Fertilizantes, estaba escondido y no podía mirar a sus amigos socialistas a los ojos. Y la sede del PSOE hecha trizas, y huelgas de hambre y bajada de pantalones de los políticos. Y la diana con el rostro de Collado. Agudeza visual. Y las llamadas de teléfono, las amenazas de muerte, las denuncias a la policía. Y el agente de autoridad, hablando de lo pactado y no pactado, y del problema de las aglomeraciones. Y las visitas a Miguel Navarro, el presidente de la Asamble. Pero se aguantó tanto hasta que explotó. Y otra vez el jaleo en el Isaac Peral, en la universidad, en el Rosell. Pero el cuarto poder hace su papel: la portada de El País, la llamada de González a uno de sus asesores en el Gabinete de Presidencia (Aurelio Martínez Estévez). Y otra vez, las consecuencias políticas: la derrota del PSOE municipal y regional. Y la diferencia entre lo público y lo privado: salvar lo estatal en parte, matar lo privado casi en su totalidad. Y lo difícil de transmitir la noticia. ¿Y qué hacen los sindicatos ahora? Cambiarle el nombre a UGT por UGTT: con un par. Aplaudir al gobierno que los compra y les tapa la boca. Acaba El año del descubrimiento haciendo reflexionar sobre la que se nos viene encima, y no aparece la situación COVID...
Coda: Y enterarte de asuntos como el de las 9 chicas de AON.
Coda 2: Yo si sigo utilizando lo de los poderes fácticos. Si lo sigo utilizando.
Coda 3: Italia siempre ha falseado los datos económicos. Siempre. Eso no va a cambiar.
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