viernes, 29 de octubre de 2021
La Fortuna. Primera temporada.
Desde el principio de La Fortuna te das cuenta de que hace mucho tiempo ya viste esta historia, pero con otra perspectiva. Se han visto muchas cosas disfrazadas de otras, pero cuando veo algo que es reconocible, no hace falta repetirlo: pongo el trailer de Indiana Jones En busca del arca perdida y creo que las palabras que suenan lo resumen. Es así. Algo perdido, con valor real y simbólico, con politiqueo y flirteo, con jodiendas con vistas a Atlanta y a Algeciras y a Madrid y a cualquier lugar del mundo que haga falta. Historias reconocibles y personajes aún más reconocibles, nada nuevo bajo el océano. Bueno, ahí si que me equivoco. Ahora si que tenemos, arqueólogos submarinos todos, algo que encontrar, algo que es tangible y no solo es gas (que falta nos hace, que llega el invierno y la luz está muy barata en otoño de 2021). Muchas veces nos despistamos y no queremos ver más allá de lo que tenemos delante, no queremos observar lo que realmente importa. La Fortuna deja momentos ilusionantes pero va decayendo de principio a fin, sabiendo que los finales no son perfectos, pero que siempre se acerca el día de difuntos y hay que hacerle un hueco en el calendario, queramos o no. Y siempre hay un cajón que llenar y tesoros que ocultar. Ideas buenas no siempre materializadas perfectamente. O quizás exigimos demasiado y creemos que la serie B con traje de serie A debe de ser perfecta, y no siempre lo es.
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