jueves, 27 de enero de 2022
Ozark. Segunda temporada.
Vuelvo a Ozark después de cuatro años y seis meses exactos. ¿Motivo? Lluvia en Murcia, sin lagos en el horizonte, y porque empiezan hablando de futuro. Cosas extrañas, casas con azul en su fachada de madera, niños que se reparten 10.000 dólares en efectivo y las mismas jodiendas con vistas de la primera temporada. Cadáveres y recuerdos del pasado, y más sábanas, también azules. Casinos, pelirrojos, deudas que pagar, cristales que reponer, funerarias que gestionar, locales con luces de colores que intentar enderezar. Pero por mucho que se empeñen algunos, esto no es Breaking Bad. Hay que ponerle imaginación, porque pasan muchas cosas en muy poco tiempo y no son creíbles. No es redonda pero busca acabar con las imperfecciones. Un buen intento para pasar horas y ver el adelgazamiento de la base física de la serie. Renovación. Ideario. Viva la mentira.
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