domingo, 23 de octubre de 2022
Irma Vep. Primera temporada.
La primera impresión, o pregunta, o cuestión, o duda que te entra empezando a ver Irma Vep es si estás dentro de alguna mezcla de El Séquito, de un nuevo cóctel, con el que, como con aquel programa de Jorge Albi, había que dejarse besar. Es así. ¿Es la versión guay (cool dirían otros) de Entoruage? ¿Cuándo sale Tortuga? ¿Cuándo la familia? Aeropuertos, aviones, hoteles, presentaciones, gira promocional, exnovia… ¿Seguro que no es un elemento distópico de Entourage? Pero es más complicado, porque la niña protagonista, o la actriz que tiene pinta de niña protagonista, da un paso más que aquellos cuatro locos. Esta niña protagonista, o actriz que tiene pinta de niña protagonista, se hace querer, aunque saque las garras, aunque empiece con mal pie, aunque no quiera ir a una piscina a las dos de la mañana. Nada como un bofetazo (¿o las leyes de género nos obliga a escribir bofetada?) de realidad en un país extranjero y con un director extranjero para hacer una nueva versión de una obra hecha en 1916 siendo musa de vampiros. Y eso en la primera media hora. ¿Y qué te puedes esperar después? Pues después comienza una sucesión de dependencias, personales y adictivas, de sumisión y de llamadas de atención que merecen reflexión. ¿Por qué ciertas personas se aficionan a lo tóxico en lo sentimental? ¿Hay algo de bueno en eso? Y en ese cine dentro del cine, siempre hay que tratarlo con mimo, con cuidado, porque los deslices desvirtúan el asunto. Pese a sus lagunas (mantener el nivel de los primeros capítulos es imposible) y a la imaginación que hay que ponerle, Irma Vep nos traslada a aquello que soñamos con plasmar y no nos atrevemos. Irma Vep es una obsesión hecha realidad, una utopía realizada, un salto al vacío con éxito, un ejercicio iluso de creer que los buenos van ganando. Irregular, como somos nosotros, pero por momentos, mágica, y capaz de destilar una ambición que les falta a la mayoría de los capítulos de las series actuales. Merece mucho el tiempo que hay que dedicarle y verla sin prisa enriquece aún más. Un buen intento de alcanzar la lucidez cuando todo son tinieblas e impedimentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario