martes, 5 de septiembre de 2023
El retrato de casada
He sobrevivido (todavía no sé el motivo) sin conocer el significado de uxoricidio hasta que he leído El retrato de casada de Maggie O’Farrell. Con ERDC me ha pasado como con tantas otras cosas: las expectativas. Te venden tan bien, y tantas personas, un producto, que esperas el 10, y no esperas otra calificación. Ni otra nota. ERDC es una obra pulcra, híbrido como tantos otros híbridos que nos rodean en el mundo de las letras. ERDC es una historia de personas que sobreviven menos de lo esperado, de melenas que llegan hasta los tobillos hasta que dejan de hacerlo, de acercamientos a tigres en momentos inesperados, de familias políticas que dan asco y de asuntos políticos que no solo dan asco sino todo hasta el infinito. ERDC es la historia de una niña llevada al matadero (o de varias niñas), aunque “la duquesa está presente en el retrato”. Apostilla MO’F: “Lucrezia es innecesaria, puede irse. Su lugar está ocupado; el retrato desempeñará su función en la vida”. ERDC también muestra días que se repiten hasta la saciedad, y de gestos y hechos que nos llevan a pensar en lo que hacemos sin recurrir a intermediarios (o quizás, sí). También tenemos descripciones detallistas hasta la tortura (“el jardín, imperturbable e indiferente), motivaciones varias (“quiere preguntarle si no ha intentado recurrir a la ternura, en vez de a las órdenes”) y la historia que hemos visto repetida en millones de Matrix (“está ante su marido con la actitud de una penitente"). Pero siempre tenemos fetiches que escondemos tras una cortinilla, tras un armario, tras una armadura. ERDC es una buena novela, pero quizás debería ir un paso más con la ambición, con esa descripción que hace que los malvados siempre sean los mismos, pero sin mirar en el espejo en la dirección correcta. O quizás yo esté equivocado y no entendiera ningún detalle del libro.
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