domingo, 1 de octubre de 2023
Special Ops: Lioness. Primera temporada.
“¿Hay algo que no le dirías o algo que no le harías al hijo de Bin Laden con tal de librar al mundo de su padre?”. ¿Vale todo? ¿Seguro que vale todo? Con esa pregunta del capítulo 7 de la primera temporada de Operación Lioness nos metemos en el desierto y en las tiendas caras, en las palizas y en el reclutamiento, en los accidentes domésticos y en maldita dependencia del petróleo: “Depender de un recurso que no puedes generar significa que tu posición política es la posición del país al que le compras el recurso”. Así funciona esto, mientras toca la cimitarra algún político esnob en una playita con un daiquiri en la mano. Taylor Sheridan no duda en azuzar a los líderes que llevan el asunto a un callejón sin salida, a un coche que no arranca porque es eléctrico y no tenemos electricidad porque no hemos podido generarla sin petróleo ni carbón: “Hemos jodido tanto la estructura política de los países del Golfo, que los líderes que hemos puesto en el poder necesitan que seamos los enemigos de su gente. Si no, la gente va a empezar a preguntarse por qué el 0,6% de la población gana más de un millón de dólares, mientras que el 41% gana menos de 10.000 dólares. Los conflictos en la región protegen a los poderosos, y nosotros los necesitamos en el poder. Cuando los quitan del poder, pasa lo que pasó en Irán. Por eso, dejamos que nos demonicen, por ejemplo, secuestrando aviones y chocándolos en nuestros edificios”. Con el lenguaje militar que no siempre se entiende bien, la pregunta nos lleva, entre salas de hospital, llantos familiares, accidentes de coche y gente sin ocupación vestida de militar, a preguntarnos por la alternativa: ¿Qué alternativa tenemos a esa situación? Podemos mirar para otro lado, y ponernos una insignia de colores en la americana y creer que Pocoyó nos salvará mirando colores básicos. Pero no. Pese a que los ilustrados progres no les hace mucha gracia Sheridan, no está de más que nos recuerde lo básico: “Todas esas tonterías del cambio climático… cuando estamos al borde de una tercera guerra mundial todos los días. Y ninguna de las potencias mundiales, ni siquiera nosotros, tiene el liderazgo para evitar una guerra nuclear”. Y añade en voz de ese oscuro personaje que ejerce de esposo de una zanahoria no que se ríe ni una sola vez: “Cuando saquemos energía de algo que no sea petróleo, tendremos más posibilidades de no exterminarnos. Dudo que los humanos vivamos lo suficiente como para morir por culpa del cambio climático”. Operación Lioness nos hace reflexionar sobre la autoridad moral (de los yankis, de la izquierda, de lo que no sabemos pero creemos saber). Más que sobre la autoridad moral, sobre la falsa impresión e que somos ombligo de un ser que no responde a estímulos externos, que salta de isla en isla porque la prisión interior no hay quien la soporte. “Los soñadores no tienen dinero”, se repite con distintas frases en esta primera temporada en la que tenemos claro que “uno no planea las rutas con el chófer, sino que simplemente le dices a dónde tiene que ir”. Ya que todo es mentira, no está de más recordar que “las mejores mentiras están envueltas de verdades”. Sigamos fieles a nuestra ignorancia, a nuestro miedo y a nuestra codicia, que así nos va. Y los cambios dan miedo: “Quedémonos con el mal que conocemos, por ahora, porque el mundo no tiene líderes para navegar el mal que no conocemos”. Lo dicho, una buena mentira para escapar de frases hechas y repetidas, que no todo es cambio climático en la vida.
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