jueves, 20 de febrero de 2014

House of Cards. Segunda temporada

5 menos 17, pero Puccini sigue siendo triste, las costillas nunca serán lo mismo, los metros siguen pasando a una velocidad endiablada, la prensa todo lo domina, el lobby sigue siendo el lobby, los indios no utilizan las piscinas, los casinos meten en líos, los lideres y lideresas de la mayorías son unos liantes, el ejército sigue siendo una mierda, los violadores son cabrones en toda la extensión de la palabra, con los chinos siempre salimos perdiendo, los ordenadores solo te meten en líos, Frank Underwood sigue siendo una zorra (bueno, ya lo era en Medionoche en el Jardín del Bien y del Mal, pero era otro tipo de zorra), las confidencias son mentiras pulp, los chismorreos acaban en terapias peligrosas, Alcóholicos anónimos oculta un gran truco de marketing y si te sobran 13 horas deberías ver la segunda temporada de House of Cards. Y yo sigo poniendo a Puccini entre los tristes, la verdad. Y todo lo demás. Coda: Llevaba sin recordar la palabra Impeachment desde la época de Clinton. Nos hacemos viejos, pijo.

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