sábado, 30 de marzo de 2019

¿Por qué escapar?

¿Por qué huir? Si se trata de otro intento (de escapada), ya lo veremos. A veces, se trata de escapar, de gastar suela, de volver a casa y tener que salir (amaralísticamente hablando) corriendo. O no. O enfrentarnos al vacío, al estertor de la llamada, a lo que no queremos escuchar, a lo que debemos asumir. Decía don Pedro Vera en sus sermones que si llegamos a viejos acabaremos meándonos en las piernas intentando llegar al cuarto de baño. Pero no llegamos. Nunca. Siempre pasa lo mismo porque todo es mentira.

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