sábado, 9 de enero de 2021

Shitsel. Primera temporada.

Como si de cualquiera de las series comentadas en este blog de Aaron Sorkin se tratara, con Shitsel pasa algo parecido. Llevé a la retina antes Unorthodox que la primera temporada de Shitsel. Y si tengo que resumir rápidamente el visionado tendría que utilizar un ataque de un equipo de D'Antoni, algo rapídisimo y con resultados agridulces: desazón. Desazón, desazón y desazón. Nada más que desazón. Ríete tú de tus cuitas, que a los de la familia protagoniasta de Shitsel, algo les sale peor. Mucho peor. Todo lo malo, aquí está. Hay que verla. ¿Ultraortodoxos a los que algo les sale mal? ¿No son el pueblo elegido por Dios? ¿Problemas de dinero? ¿Problemas de supervivencia? ¿Problemas de convivencia? ¿Problemas con los jefes? ¿Problemas en la residencia de ancianos? ¿Problemas en el trabajo? De todo hay en la viña de Yavé, de todo en la escuela talmúdica, de todo en las relaciones interpersonales. Un desastre detrás de otro, como casi en cualquier religión. O no. O quizás tengamos que ponerle imaginación, dejar(nos) tirabuzones, cortar(nos) el pelo y dejar que se se cumplan los designios bíblicos mientras miramos al cielo buscando aviones israelís. Todo es mentira. Otra vez.

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