domingo, 8 de noviembre de 2009

Spun.


La historia de la droga cutre hecha videoclip. Esa es la historia de Spun. Cuando me refiero a droga cutre quiero decir a sus más bajos instintos. En esta paranoia televisada, nada es comparable a Requiem por un sueño, pero puestos a ilustrar, Spun se lleva unos puntos.
Los más bajos deseos de perversión multiplicados por los efectos de la metanfetamina . A un nivel de calle, de fabricantes a escala local, de yonkis de avenida, de putas que sobreviven porque es lo único que han hecho desde que tienen uso de razón.

Y la bandera de los USA’s, siempre presente. El desaucio, las prisas, la locura, la necedad, la avaricia del hombre, todo unido bajo el plasma de Spun e ilustrado sonoramente por un Billy Corgan evocador y melancólico. Hay muchos nombres para la metanfetamina, pero lo difícil es conseguirla, sobre todo, si te metes en un antro del que en el que salir y mantenerse vivo es una odisea mucho más que homérica. Todo es un circulo vicioso en el que te lías hasta que tienes un jersey. La nieve al nivel del mar. Y unos tipos nerviosos, siempre nerviosos: un Jason Schwartzman deseoso de colocarse y que puede estar cuatro días sin dormir (o quizás cinco, ya puestos); una Mena Suvari que tiene que ir al baño en el momento más insospechado; ese sol que es Britanny Murphy, infantil, angelical y estúpida a la vez; un Patrick Fugit, loco antónimo de su personaje mágico de Casi Famosos; un Mickey Rourke con la estética de El luchador y que hace drogas a escala local; una locaza, Eric Roberts (sí, Eric Roberts con peluca). Y de John Leguizamo, pues lo de siempre, hace de John Leguizamo. Estos, junto a otros individuos (e individuas, que no se nos enfaden en el Ministerio de Igualdad) forman un mapa curioso, que no casual, que las casualidades no existen. Y la policía, en su papel casposo de siempre, corrupta hasta más no poder.

Los perdedores no pueden cambiar de rumbo, porque el sueño americano es una pesadilla interminable. Aunque tampoco hay que sorprenderse, un informativo de cualquier televisión española supera con creces las ideas más raras de cualquier guionista cualificado. Llamativos, muy llamativos, unos momentos de lucidez metanfetamínica en los que Ross, el personaje interpretado por Jason Schwartzman se convierte en dibujo animado irascible y peligroso. El dinero lo mueve todo, incluso el amor. Y el amor, explota, siempre explota. Y todo lo demás
Coda: cuando tenga la magdalena mejor, hablaré de lo que hemos visto hoy en Nueva Condomina. Lamentable. Pero después hablaré, tranquilamente.

6 comentarios:

  1. ¿De dónde sacas el tiempo para ver tantas pelis y series, o leer o ir al fútbol,salir de cenas y togobear?

    ResponderEliminar
  2. aaayyyy, menos mal que has dicho vamonos

    ResponderEliminar
  3. resignación condomínica. Sobrevivir al saxofonista de la ría no es fácil...

    ResponderEliminar
  4. Yo la prefiero a Requiem por un sueño, sin ir más lejos.

    Ah, inspirado lo de "sol" para Brittany Murphy. No había una palabra mejor. tío, yo me lo bajo todo de ella sólo por verla menearse en pantalla. He visto casi todas sus películas (y ha hecho cada truño que no veas).

    Buena entrada!

    ResponderEliminar
  5. Te las gastas underground, amigo. Yo no llego a eso, ni por asomo.

    ResponderEliminar