jueves, 21 de enero de 2010
Los Soprano. Segunda temporada.
En un tiempo prudencial, he visto la segunda temporada de Los Soprano. Podía haberlo hecho hace casi una década, pero también ahora toca hablar de Haití en los telediarios y a mi esa gentuza de los (des)informativos televisivos me da asco (digo yo que estarán en buenos hoteles, pienso yo que el año pasado estaba matriculado en la Licenciatura en Periodismo). A lo que iba. Segunda temporada de Los Soprano. Ya hablé por aquí de la primera temporada de Los Soprano. En su línea. En su magnífica línea. Es como si Nadia Comaneci sacara un diez, y otro diez. Y el diez no cansa. Eso pensaba con la primera temporada y eso pasa con la segunda temporada de Los Soprano. Ahora, en esta continuación, Tony Gandolfini Soprano profundiza la relación con sus hijos. Siguen estando ahí los temas anteriores. La infidelidad. ¿Se puede hablar con tu esposa de las infidelidades pasadas y presentes? ¿Es un tema tabú la infidelidad? ¿Se puede perpetuar esa situación? ¿Y por qué las mujeres que sufren la infidelidad no se van? ¿No quieren? ¿No pueden? Y todo es obsesión en Los Soprano, pero más real que lo es casi siempre la vida. Y esa obsesión, al estrés, y ese estrés, a la depresión. Y la depresión soprana no es baladí. El tabaco y el alcohol (no llegan al extremo de la nube de humo de Mad Men, pero tiene su punto). Y lo que yo creo que enseña, aunque de manera cruda, esta serie, es la inútil búsqueda de la felicidad del ser ( a veces más humano, a veces menos). Puedes tener muchos capazos de coches, chalets, secuaces dispuestos a morir por ti y todo lo demás. Y siempre, el fallo en la familia. Y en tu más íntimo amigo. Todos los caminos no llevan a Roma, sólo llevan al cementerio. Lo demás se puede ver en el Canal de Historia. Y punto.
Las obsesiones de la vida real son muy reales. No creo que las de la ficción lo sean más. Ni más reales, ni más obsesivas. Nada
ResponderEliminarel eslabon mas debil siempre esta cerca
ResponderEliminarSan jueves,san viernes,san pichooooooon....
ResponderEliminarqué disparate! de dónde cojones sacas el tiempo?qué pasa, es que tus días son más largos que los del resto de la humanidad?
ResponderEliminarNo tienes freno, hijo mío. De todos modos, voy a tener que hacer algo, porque mi hijo es un verdadero forofo de estos y ya son demasiadas presiones. Lo veré, lo veré, ya verás que lo veré, alguna vez.
ResponderEliminarD. Supersalvajuan, en Haití no creo que quede en pie ni un sólo hotel de lujo...
ResponderEliminarMe engullí cada capítulo de los Soprano, amigo.
Abrumados por las hipotecas y los créditos los parados urbanitas arriendan sus balcones y terrazas.
Parados urbanos, se alimentan de Cáritas y de sus huertos balconeros
siempre hay alguien que delata, siempre ha un chivato disponible, y una debilidad por la que perecer...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Fuensanta, visionado obligatorio.
ResponderEliminarin Tony we trust
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