40 grados a la sombra y con miedo, otra vez, a salir a la calle. Mañana serán 42. En lo más duro del inicio del duro verano suenan Los Pilotos debajo del aparato de aire acondicionado. Menos oscuros y más fáciles de escuchar, menos agonía y una lucecita de esperanza aunque sea en vano. Y todo lo demás.
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