No existe el miedo, pero lo necesitaremos. Dada la catadura moral de nuestros políticos, necesitaremos muchos tipos como Olaf, defendiendo su Olaf, empezando su lucha, acabando con los chistes ambulantes y dándole a la petanca. Necesitamos gente honrada. Y todo lo demás.
Yo pensaba que Olaz era la camarera de algún bar
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