Esta mañana, antes de darle al michirón entre aguas de Espinardo, hemos tenido una conversación en el dormitorio/cementerio sobre el hombre de la camisa verde. Seis años y mes y medio después sigue con una lápida sin su nombre. Un espíritu del olvido. Una hermana que olvida. Una tumba sin reconocimiento ni recuerdo. Y todo lo demás, también.
Tú sí te acuerdas.
ResponderEliminarVaya tela
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