El problema de ciertos himnos (que gustan y enganchan) son los recuerdos que nos traen (o llevan). Pasa con este himno, del creador de la banda sonora (también) de Westworld. Son universos distintos los de Juego de Tronos y Westworld pero la música los pone en la mente mezclando batallas, tiros, ficción, fuego y desamor. ¿O era al revés?
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