martes, 21 de enero de 2020

Okkupert. Tercera temporada.

Ahora que estamos en tiempo de epopeyizar a los Torra y Puigdemont, y que los fugados están en el poder, vuelve Okkupert. Casi nada. Tercera temporada y empieza con explosiones y con ese triángulo Noruega, Rusia y UE que no hay Dios católico ni protestante ni ortodoxo que lo arregle. No. Gobierno antirruso en Noruega. Viva la democracia y los mentirosos. Viva Okkupert. Viva el jolgorio y el politiqueo. Y las mentiras: en lo que creemos que era y en lo que son las cosas. Preguntas jodidas y embarazosas. Miedo al extranjero, aunque sea blanco. Lo de las razas arias y todo eso no es exclusivo de Merkelandia. ¿Extradiciones masivas en nombre del ecologismo? ¿Evacuaciones masivas en nombre de la paz? ¿Un Pedro Sánchez en Noruega gobernando? ¿Nos sorprendemos? ¿Miente un Primer Ministro en el Parlamento? ¿Puede por eso ser retirado de su cargo? ¿Podemos intentar matar en nombre de la paz? Y el colaborador necesario, aunque sea un ex-enemigo. Un puto ex-enemigo. Todo mentira: nadie lucha (o casi nadie), por su país. Nadie. Nadia. Nadio, que Unidos Podemas. Tribunal Supremo, Código Penal, Artículos, alta Traición (que no sedición) y mierdas varias. Mierda sobre mierda. Deportaciones. Ni los nazis, pijo. 3000 rusos a la calle. Para empezar. ¿Luego era el abascalismo? Y luego el chantaje. Okkupert es una sucesión de chantajes, impuestos desde fuera y autoimpuestos. Un poco de todo. Activismo antirruso en Noruega, ácidos, expulsiones masivas, bloqueo de cuentas corrientes a los colaboracionistas... Y si hay que echeniquizar al asesor, se echeniquiza. Y al final, entre Gretas y grandes compañías, entre países títeres de multinacionales, solo queda la resistencia, el sueño de escapar hacia adelante, la lucha ante los poderosos. La resistencia. Solo nos queda resistir el hachazo y pensar en la gran frase, siempre repetida y siempre acertada: Todo es mentira. Vivan las grandes conspiraciones.

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