miércoles, 3 de abril de 2024
Breathtaking. Primera temporada
Breathtaking no edulcora la crisis que nos trajo el COVID-19. En el caso inglés, se mezcla, como aquí, la incompetencia política y la de las autoridades sanitarias. Por el contrario, pone a los sanitarios como héroes (como si no lo fueran siempre). Cada territorio tiene su anticristo, su negación hecho presidente, nosotros tuvimos a Sánchez y los ingleses a Johnson. ¿Con otros? Mejor, peor, distinto. Un compañero del instituto, aquel marzo de 2020, me dijo que con la derecha se hubiera cerrado un mes antes, que si con un perro que si no se sabía si tenía el ébola se montó la colera divina no iban a permitir que un bicho chino les jodiese la primavera. Pero esa primavera se hizo eterna, se hace eterna, y Breathtaking hace una buena síntesis, mezclando lo sentimental con lo práctico continuamente. Centrado en una planta hospitalaria, con sus templarios médicos recubiertos de bolsas de basura y sus bajas en combate. Se habló mucho en esos meses de bajas de si era conveniente utilizar lenguaje bélico: batalla, vanguardia, guerra, retaguardia. Un tema complejo en el que algunos no quisieron posicionarse (como tantos). Boris, como su pelo, se distorsionó aún más de lo que ya estaba; sus ministros, aún más aturdidos (como en casi todos sitios). Relajación y reunión, y negacionismo. Y en todo ese caos, seguían las bajas exponenciales, con aquellas reuniones navideñas tan absurdas que solo multiplicaron los casos y las infecciones, y las muertes. Despedidas en soledad, por llamada, o videollamada, o tras una máscara, o tras un violín, o la peor situación inimaginable. “No hay ningún plan, ¿verdad? Simplemente están inventando esto a medida que avanzan. Esos viven, esos no. Son sólo números”. Esa era toda la cuestión, sólo números. Y el asunto residencial también se resume bien en Breathtaking: “El hecho de que sea un daño que no podemos ver no significa que no lo estemos haciendo. Y no debemos hacer daño”. Y el negacionismo peor entendido, hecho lapo. En definitiva, una buena reflexión para hacernos pensar que si esto vuelve a suceder, nunca estaremos lo suficientemente preparados.
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