domingo, 31 de mayo de 2020
sábado, 30 de mayo de 2020
viernes, 29 de mayo de 2020
jueves, 28 de mayo de 2020
El incendio. Primera temporada.
A fuego lento les ha salido un buen plato. Valga la gracia aunque la historia no la tenga. Hijoputas sueltos, locura, cornamentas al más puro estilo navatense, pueblos en lo que todo se sabe, delaciones, mensajes ocultos, familias destrozadas, compañeros de trabajo a los que les cuesta admitir la realidad. Y el plato, aunque bueno, es de difícil digestión. No hay medias tintas en la primera temporada de El incendio. Ninguna. No es fácil digerir ninguna muerte, pero la de los niños y, en extrañas circunstancias, menos. Mucho menos. La batidora de mierda es enorme, aunque sin grandes aspavientos, sin cabriolas ni saltos al vacío. Todo es muy jodido en el interior de muchas personas, y, con muchas, compartes ADN. Demasiado ADN. Gran dramón El incendio. Y todo lo demás, también.
miércoles, 27 de mayo de 2020
lunes, 25 de mayo de 2020
El Ejército olvidado. Primera temporada.
Buenas intenciones y buenas recomendaciones las que muestra El Ejército olvidado. Pero eso, a veces, no basta. Está bien recordar episodios de las guerras y de los enfrentamientos a los que no hemos prestado atención o, directamente, no hemos hablado de ellos en clase. Estás con los alumnos den 4º de ESO, en 1º de Bachillerato, pero te dejas muchos de estos episodios. Muchísimos. En este caso, se recuerda la batalla de Singapur en la II Guerra Mundial, con un jaleo de mil demonios entre japoneses, indios y otros miembros del Ejército Británico. Tiene El Ejército olvidado una buena parte didáctica, lo cuenta de manera sencilla y visualmente, sobre todo el tema de la batalla, por momentos atrayente. Es necesario contar los temas y asuntos de forma que se entiendan las contradicciones de estos asuntos. Y no es fácil, la verdad. Hablamos mucho de Churchill (no hace falta llantos con las comparaciones que algunos hacían de Cum Fraude Sánchez con miles de muertos, una gestión sanitaria y económica lamentable con la pandemia coronavírica), hablamos de su gestión en la defensa de Inglaterra, pero se nos olvidan las palabras sobre el enfrentamiento en Singapur en la segunda gran guerra: "El peor desastre en la historia militar británica". Se dice pronto. Quizás, todos tengamos en nuestro pasado (en primera persona masculino singular, en primera persona del plural) muchos temas que queremos olvidar, muchos asuntos que no queremos recordar, mucha mierda que esconder. El PP siempre tendrá su Gurtel, por ejemplo. Y muchas cosas más. Pero no nos vayamos a otras latitudes, a otras longitudes, a otras mierdas. No. Se habla de unas personas, los indios de este ejército británico que fueron tratados como un "Ejército de Traidores". Ni más ni menos. Se dice pronto. Nos lleva también El Ejército olvidado al conflicto de Birmania de 1996, con saltos temporales y vidas truncadas y separaciones y leyes marciales y prohibiciones a extranjeros a entrar en patrias con banderas pero sin sentimientos. Se está hablando mucho de banderas en esta mierda coronavírica. Del uso de la bandera por Sánchez cuando le interesó, de la derecha cuando le interesa, del no uso de la izquierda. Sigo pensando que si en 2015, Iglesias y Podemos se hubiera atado a banderas de España, hubiese barrido. Lo tengo claro. Ahora está en el poder con otros medios, pero ya se encargarán los poderes reales, antes o después, de hacerlo bajar de la política (que no del chalé, viva Galapagar, viva La Navata, adiós Vallecas). Se haba en El Ejército olvidado de traidores, de personas que luego fueron hechas prisioneras y sufrido vejaciones y ser tratados como "traidores dentro de su país". Casi nada. Merece la pena esta serie para recordar a los que no fueron honrados en su patria. Pero no utilicemos mucho la palabra Patria por tierras españolas, no vaya a ser que nos tilde de fachas o rojos, de gudaris o de todo lo contrario. De vez en cuando viene bien recordar mierdas ajenas para no olvidar nuestro propio estercolero político.
domingo, 24 de mayo de 2020
sábado, 23 de mayo de 2020
viernes, 22 de mayo de 2020
Dark. Primera temporada
La brújula. Estoy buscando una brújula después de terminar de ver la primera temporada de Dark. Vaya imaginación con las máquinas del tiempo. Vaya tela. Hay que ponerse, saltar de 33 en 33, volver a caer, repetir el pasado, llegar al futuro y no perderse. No sé si tendré el valor de ponerme con la segunda, que tengo que corregir mucho y darle al Meet. Series intrigantes en tiempos de pandemia, de las que hacen pensar y darle vueltas a la cocotera.
martes, 19 de mayo de 2020
Dérapages (Recursos inhumanos). Primera temporada.
Gran rematador Éric Cantona. En todos los sentidos. En Recursos inhumanos da buena fe de ello ante su jefe, ante su yerno, ante el que haga falta. Tiene que ser jodido estar casi en los 60 años y verte con trabajos de mierda y con sueldos de mierda y con una vida de mierda. Dar lástima es lo peor. La puta condescendencia. Que te miren por encima del hombro. ¿Qué estarías dispuesto a hacer para salir de esa situación? ¿Cualquier cosa? ¿Seguro? Dérapages lleva esa situación al extremo, al disparate, a la locura, a la cárcel. Vivimos, antes y después del coronavirus, antes y después del confinamiento, antes y después de esta paranoia sin fin, en una cárcel muy personal y no siempre es fácil evadirse. O no se puede hacer directamente. O no. Y no todo el mundo tiene la capacidad de adaptarse a una crisis, a una nueva decepción continua. Y no todo el mundo tiene la capacidad de decir adiós de forma, no digo yo triunfal, sino digna. Hay que arrastrarse, hay que sentir miedo en una ducha, hay que sentir dolor con unos dedos de la mano rota. El infierno, el capitalismo bestial, la edad madura mal llevada, el infierno llevado a lo personal. ¿Qué no es cuestionable a ciertas alturas de la vida? Casi horas para darle a la cocotera que no todo va a ser disparates de Illa y Simón. Y todo lo demás, también.
lunes, 18 de mayo de 2020
El último baile.
De abril a mayo. 5 capítulos dobles. 10 interrupciones en mitad de la locura del confinamiento, del coronavírico pavor a salir a la calle, del recalcitrante Sánchez en la tele, de una oposición de chiste, de un país que se va a la mierda. Muy a la mierda. Por eso viene bien desconectar, pero hay que dejar constancia que una buena parte de la generación que ahora tiene los cuarenta y tantos bien cumplidos se la perdió. Se la perdió. Nos la perdimos. Yo me acuerdo de momentos de los primeros anillos: me acuerdo del domingo por la noche de la victoria de Los Lakers en el primer partido de la final en Chicago; me acuerdo de momentos contra los Suns y Dan Majerle; me acuerdo de Terry Porter y Drexler jodiendo la marrana; me acuerdo de la primera retirada y los anillos de los Rockets. Y luego, el gran apagón. La televisión pública, por cuatro perras, nos dejó en bragas y no compró por cuatro putos duros los derechos. Castigados sin postre. Sin puto postre hasta ahora. Gracias Papá Estado, Gracias RTVE (sus gestores de entonces), Gracias Gobierno de España. En este gintonicdream nada es lo que parece parece porque todo es mentira. No hay pandemia, no hay muertos, Fernando Simón y Salvador Illa nos son personas, Sánchez es un estadista churchilliano, Lastra es una oradora estimable y los lunes por la tarde siguen siendo lunes por la tarde peleándose contra los domingos por la tarde por empeorar la situación. Todo mentira. Los otros tres anillos no los ví, no me quedé despierto porque no había ocasión. Veía el NBA en acción de los sábados, los resúmenes y poco más. Nada de la disponibilidad de ahora. Nada. Imposible. Pero solo muestra The Last Dance muchas partes de todas las partes. Me recuerda al que he hicieron de Camarón: muchas luces, pocas sombras. Después de ver The Last Dance me quedan dudas sobre Michael Jordan. Hace un rato estaba medio pájaro tuitero con la magdalena hecha pespuntes con alabanzas a Jordan. Pero hay mucho punto suspensivo. Hay que alabar su ética de trabajo personal, pero en el trato deja mucho que desear con una parte de los actores secundarios de su show. Están muy bien los seis anillos, está muy bien su rivalidad con los Pistons y su enemistad personal con muchos de ellos, está muy bien su relación con SP y con PJ, su odio a JK, sus tormentos personales (los que hemos visto, y solo en parte), está muy bien la batalla final con Utah e Indiana. Todo eso está muy bien, pero hay que ir un paso más allá, creo yo. No quedarnos solo en lo visual (en eso, muy muy bien el documental, es verdad). A veces, los saltos temporales desconciertan un poco, pero es complicado hilar tan fino (también en ocasiones lo hacen muy bien). Pero en fin, ese estela de rivales derrotados por el camino también impresiona. La pregunta, jugando a historia ficción, es que hubiera pasado si la marcha no se hubiera producido, si en la vuelta hubiera ganado en aquella eliminatoria contra Shaq, Penny y el resto de los Magic, si le hubieran dado la posibilidad de intentar un séptimo. Y sí, hay momentos en los que se ve pasotismo y antipatía, como con el asunto de Burrell, o los principios con Kerr (unidos por un dolor del que no hablaron). También queda desvirtuado el papel de PJ, porque al final, los que mandaban, mandaban, y Jordan era mucho Jordan. Yo personalmente esperaba más, pero quizás en mitad de esta locura de encierro, de miedo y asco a los políticos nefastos, criticar está de moda y es más fácil que buscar lo llamativamente talentoso del documental. No lo sé. Quizás todo lo sacamos de contexto, lo llevamos a la frialdad, a la distancia.
Coda: O tal vez, no. El último baile no fue el último, que también hay que decirlo, pero quizás eso ya no vende tanto.
domingo, 17 de mayo de 2020
La Unidad. Primera temporada.
He tenido que hablar con los alumnos (estándares de aprendizaje evaluables, pero sin ellos también hablo) de los atentados del 11M, del 11S, de distintos ataques del ISIS y de Al-Qeda y todo lo demás. ¿Dónde estabas el 11M? Les dije a mis alumnos de 4º de ESO del IES Monte Miravete de Torreagüera que preguntaran a sus padres, a sus abuelos, a sus familias los recuerdos de los atentados de Madrid. ¿Dónde estaban? ¿Qué hacían ese jueves? Yo estaba en casa, luego me fui a estudiar a la biblioteca Nebrija de La Merced por las oposiciones, luego a las 12 salimos al patio a concentración. Puta ETA se escuchó. También se hace referencia a ETA en La Unidad. Puta ETA, puto ISIS, putos terroristas. Me gusta el ritmo de la primera temporada de La Unidad, me gusta su velocidad, me gusta el paso de Vigo a Girona, de Lagos a Francia, de Madrid a Figueras en busca de esta panda de hijoputas. De cabrones. De malparidos. Pero también nos cuenta La Unidad los entresijos del despacho, los celos y las envidias y los silencios que hacen daño. Y también, la enfermedad. Un cáncer dentro de otra enfermedad mayor, y vida cotidiana con coumniones incluidas y jodiendas con vistas a una cárcel y una ensenanda melillense de ensueño y violaciones dentro del matrimonio y niñas que se dan cuenta de todo y muchas cosas más. Es difícil resumir La Unidad en pocas palabras. ¿Es lícito hacer todo lo posible para acabar con los malos? ¿Hacemos lo posible cada uno de nosotros por acabar con el mal o miramos para otro lado? Infiltrados, dolor, miradas ajenas, obsesión, tacto mal entendido y más obsesión, y más dolor y más de todo. Grande la primera temporada de La Unidad.
viernes, 15 de mayo de 2020
Baron Noir. Segunda temporada
Vuelve la segunda temporada de Baron Noir. Vuelven los tejemanejes entre izquierda, derecha y Frente Nacional. Todo mentira. No hay batalla de ideologías porque ya no hay ideologías. Ninguna. Cárcel, postcárcel y pulseritas varias. Llamar “Don Hijo de Puta” a un hijo de puta. Viva la gran mentira (francesa), viva la familia, viva el dinero por el dinero. Y rencor. También se reflexiona sobre el rencor y sobre lo que olvidamos y lo que queremos olvidar y lo que no queremos olvidar (incluso en lo que pasamos por encima, por esos putos puntos suspensivos imposibles de completar). Y la decepción: la política es una continua sucesión de decepciones. Legislativas, presidenciales…. Elecciones para todos. En cada secuencia de Baron Noir te acuerdas de Baron Noir. “No queremos a Juana de Arco, queremos al tío que salvó a Carlos VII, un rey de Francia, que no se equivoque de referencia…”. Frases para enmarcar, como debe ser. Y ahora, encima, con la historia del relato, de los sondeos, “de los volantazos a la izquierda”, y “el mi mujer me engaña”, y “superyó marxista”. Todo mentira, pero mentira aumentada por Internet. Y otra vez Rubalcaba en la memoria. Otra vez. Otra vez recordando el 13M. Quizás sí, como dicen en BN: “Hay que vencer al liberalismo antes de que cause tantos muertos como el estalinismo o el nazismo”. Siempre. Siempre “primero”. “Primero, esa palabra mágica que te permite hacer nada o gilipolleces”. Zasca, zasca, zasca. Y volver a hablar de Europa, de salario mínimo, de capacidad, y hacer gobernar al centro con la izquierda. ¿Y por qué no es posible en España? ¿No es posible en España? “Promesas…una mala versión de la noche del 4 de agosto”. ¿Por qué arruinar a las empresas en nombre de las personas? ¿Reformas? ¿Se pueden hacer reformas al comienzo de la tercera década del XXI? Y el asunto religioso y racial… “Erdogan en el Elíseo”. “Quitar la careta al yerno ideal”. Y la gran mentira institucionalizada: los debates. Y la familia, el machismo, la Iglesia y todo aquello que no existió. Islam, inmigración, todo lo demás. ¿Por qué nos limitamos al hablar de política? Socialismo de dinero antes que socialismo del pueblo. ¿Hay miedo al patriota? ¿Y al patrioto? ¿Y al patriote? Las mujeres al poder. Tanto hablar de feminismo PP, PSOE y PODEMOS y tienen candidatos. Aquí no. En Baron Noir, la jefa de los indios es jefa. Jefa. Y en tiempos de coronavirus, nada como las frases del Baron Noir: “Tu problema es el tamaño de tu despacho”. Su antiguo delfín, ahora diputado, en su soledad y en la compra de votos, se pone discursos de Mitterrand: “Aquel que no acepta la ruptura, el método y elude compromisos, el que no da su consentimiento para romper con el orden establecido y la sociedad capitalista, no puede ser miembro del Partido Socialista”. Vamos, como Carmen Calvo en la clínica privada en proceso de recuperación del coronavirus. O la esposa presidencial. O la madre. O el suegro. Y el yihadismo y el problema de la violencia en las aulas galas. Unos caramelos, una paliza, un moratón. Todo eso puede cambiar unas elecciones, una reforma de la sanidad, una mierda sobre otra mierda. Lista de nombres, Vichy, colaboracionismo, Ley de Godwin. Te bajas los pantalones, no quieres perder barrios de negros y musulmanes. Todo mentira. Votar leyes a cambio de un sueldo, de un pisito en el barrio de Salamanca, de un chalé en La Navata. Entregar las ciudades a los religiosos. Priorizar. No es lo mismo en el poder que en la oposición. Todo mentira. Otra vez. Laicismo en tiempos de internet para comprar votos. Todo mentira. El socialismo vendido por el poder. Impunidad. “ ¿Dónde está el honor de Francia si el color azul del mono de trabajo es el color de la piel?” . Debates vacíos. “¿Todo el mundo es musulmán? Tal vez, pero no nos importa. O sí. “Un político socialista debe olvidarse de la religión, que lo embarulla todo y es la guerra”. Pero ya no hoy un León Blum, con o sin nabo. Sánchez celebra por un tuit el Ramadán a los musulmanes pero no la Semana Santa o la Navidad a los católicos. No vaya a ser. No vaya a. No vaya. No. La unión de la izquierda y otras mentiras. Eutanasia para todos. Y si hablas, castigado. No hablar en nombre del partido y sí en nombre particular. En primera persona del singular. Hay que pensar en un Iván Redondo sin sueldo pero siempre al servicio de la Presidenta. Siempre. Y la política internacional ante la Yihad: los turcos jodiendo la marrana, la UE bajándose los pantalones y felacionando a quien tenga que felacionar. Y si hay que resucitar a Enrique IV y su conversión al catolicismo y la liberación y la integración del país y la guerra civil. ¿Una conversión es debilidad? ¿Es Pedro Sánchez la misma persona que firmó un acuerdo con Albert Rivera el mismo que gobierna con Pablenín el galapareño? Dice el Baron Noir que “cuando hablamos, todo es posible”. ¿Seguro? ¿Es Arrimadas la misma que ponía verde a Torra y Puigdemont la que ahora pacta con Sánchez a cambio de nada? ¿Cambiamos todos sin motivo aparente? ¿Quién quiere ser Bruto o Judas? ¿Cuántos cadáveres políticos del socialismo español ha dejado Sánchez en su ascenso al bolivarianismo? Ahora, hasta aprovechando el aniversario de la muerte de Alfredo, lo utiliza. Hay una frase en la serie que es aplicable, hiperaplicable, al sanchismo: “Había socialismo revolucionario, socialismo reformista y usted ha creado el socialismo de improvisación”. El socialismo del XXI es un socialismo de improvisación y tiene en el sanchismo su máximo exponente. ¿Qué pides a cambio de un genuflexión? Robespierre o Lenin, elijan ustedes. Revocación de elegidos, como en Venezuela. Todo es un círculo. 17 estados yanquis y la iniciativa popular que puede llevar a elecciones. Todo es mentira y la democracia la mayor de ellas. Y el puto debate de la eutanasia. Mezclarlo todo en un pastiche infumable, en un historicismo de Falcon y viaje al FIB y boda del cuñado. Y leer a Michelet sobre revoluciones que parecían ser mucho y fueron poco. ¿O era al revés? La misma pregunta de siempre: ¿Fueron revoluciones sociales con consecuencias políticas o fueron revoluciones políticas con consecuencias sociales? Y lo dijo Marx, como bien lo recuerdan en Baron Noir: “El proletariado será revolucionario o no será nada”. Y no, yo no he leído a Michelet. Pucherazos en tiempos de Internet. 1936, 1981, la izquierda en el poder… ¿Realmente ha utilizado el poder la izquierda? Puede la izquierda matar a alguien del ISIS dentro y fuera de Francia, en Siria o fuera de Siria, utilizando su poder. Por supuesto. Guerras, Irak, Aznar haciendo una guerra de puta pena… Todo tiene consecuencias. ¿Se puede judicializar todo? ¿Es lícito asesinar a asesinos? ¿Nos acordamos del GAL? ¿Es lícito todo para evitar un 11-M o un 11-S? Napoleón atrapado y la campaña de Rusia. Puta retirada comiendo carne de caballo, dice el burro elegido para sustituir al primer ministro. Y ese mismo zopenco, dice el burro, mirando pastar mierda para citar a Víctor Hugo y a los Estados Unidos de Europa. Con un par. Madres de musulmanes que quieren niños blancos para sus hijos negros o que no son blancos. ¿Qué mierda hacemos con la identidad? Guetos de mierda utilizados en tiempos electorales. Isaac Rabin citado por los socialistas: “Luchar contra el terrorismo como si hubiera un proceso de paz…”. Era así. La lucha contra la violencia y la lucha contra la diversidad y la lucha contra la basura ideológica que nos venden. Todos somos mártires y, si hace falta, recurrimos al Caso Dreyfuss. “Todos queremos diversidad, pero para los demás”. Cuotas en educación, beneficios para la privada. Vivan los juicios. Vivan los juicios paralelos en política. Vivan las mentiras. Fiscalías vendidas. Información vaginal, que dirían por aquí. La justicia bajándose los pantalones ante los políticos. Otra vez. El viejo líder muerto y la orfandad. Los intentos de cambio educativo del 1984 y los compromisos en los que te ponen los viejos asesores y mentores. Morir matando. Y el giro a la derecha del Partido Socialista. No solo el francés. Me acuerdo del 12 de mayo de 2010. Me acuerdo. Andaba yo por Alhama ese día. Casi nada. Después de eso y de estar mirando a lo del suelo, nada de manifestaciones en Gran Vía de Murcia. Ni una. Y los disturbios. Yo estuve en La Glorieta en el 15M, con varios e mis alumnos, con Albaladejo a la cabeza (vaya tiempos, Alba); estuve en la inauguración de sedes podemitas; no he estado nunca en una sede del PP, ni de Ciudadanos ni de UPyD; en alguna del PSOE, de visita. Y qué más da el Pasado. Voté en 2015 a Podemos y los volvería a votar en esa situación. Creo que no fue un voto equivocado. No. Pero hubiera dejado a Sánchez que se hubiera desgastado con Rivera y hubiera cogido la bandera de España. La hubiera hecho universal. Y hubiera sido mejor para España, ante el peor presidente de España como lo ha sido Rajoy. Baron Noir nos lleva a eso, a campañas que venden una cosa y luego dicen otra (Podemos, dormir o no dormir, Begoña). “¿Crees que se puede aprender algo en el colegio con el estómago vacío?”. Buena frase en el Ramadán. La lucha por la unión de los socialistas. Gran invento. La Gendarmería, cada policía, cruel y fiel a la República. Muertos tras el atentado. “Crear un presidente de los estados de ánimo”. Pero siempre hay una Tercera Vía. Siempre. Y luego la mentira de vender un gobierno de unidad nacional (“efumeismo, venderse a la derecha) o caer en la socialdemocracia más rancia, o buscar en los escritos de Zola un recuerdo de los verdaderos trabajadores. Viva la gran mentira. Y todo lo demás, también.
jueves, 14 de mayo de 2020
No solo de Montejurra vive el hombre
Los que me conocen saben que tengo cierta predilección (asco y miedo, veneración y odio sin ir a Las Vegas) por el tema carlista y su degeneración filoetarra (en su estudio me refiero). Por esa dirección llegué a Montejurra, la canción de Ornamento y Delito, de la que ya he hablado más de una vez por aquí y por las redes sociales (y en alguna otra guardia en algún que otro IES también ha sonado). Pero no soy de introspección, de investigación. No. Siempre nos quedamos en la anécdota, en los superficial, en el hombre de la gabardina. Palabras mayores son los libros de Sánchez-Ostiz. Palabras muy grandes. Pero no nos desviemos, que la letra de Madrid de Ornamento y Delito también es de altar, de trono, de dioses... ¿Todo vuelve al Carlismo? ¿Todo al Antiguo Régimen? ¿Todo a Las pirañas? Vaya usted a saber. Habrá que darle las gracias a Rublev por recordar este himno (desconocido hasta hoy).
Coda: "En la capital solo hay...".
miércoles, 13 de mayo de 2020
Gangs of London. Primera temporada.
Qué cantidad de sanguinarios hay en la primera temporada de Gangs of London. Una buena cantidad. Y de la buena. No solo de tomate frito vive el hombre. Algo bueno de Gangs of London es que va depurando las tramas y del jaleo del principio acaba depurando los asuntos a uno solo: venganza. La venganza teniendo dinero para empapelar Londres de punta a punta. Pero es que la avaricia es mucha avaricia. Gitanos que cometen un asesinato sin saber a quién cojones mataban. La embajada asesina de Albania en Londres haciendo de las suyas; el futuro alcalde y su familia sin escrúpulos; Pakistán, el dinero del Kurdistán, el fuego de los billetes, la sangre por la sangre y todo lo demás. No deja títere con cabeza. Ninguno. Todos tenemos un Tony Soprano dentro, pero también un Heisenberg y un Jax Teller. En Gangs of London, también tenemos ejemplares sopranísticos y tellerianos. Al final, cuando el asunto se pone feo, los bajos instintos se transforman en sangre y asesinato y escapadas y planes varios. Y si hace falta un pasaporte panameño, se consigue. Dinero negro y también sin color pero en B. O b. Será por billetes manchados de sangre. Boxeo y padres con grietas que hacen llorar. Familias ausentes. Hermanos yonkis y sanitarios mal vistos antes del coronavirus. Pasado, presente y torres con bombas. ¿Por qué enfadarse en ganar más cuando se puede ganar todo? ¿O casi todo? El heredero elegido no era el perfecto pero habría que preguntarse si alguno lo es. ¿Hay algún heredero perfecto? ¿Hay alguna viuda perfecta? ¿Hay alguien preparado para la desgracia? Plan A, plan B y amante esperando niño del patrón del lodo de la capital. Arreglos sin solución. Todo mentira. Gran primera temporada de Gangs of London.
Cruzando el espacio y las finanzas
No soy de La guerra de las galaxias. Nunca. Creo que he visto en el cine solo una, en tiempos de la carrera, con Jorge y con Enrique. Soy más de Alien que de ese chiringuito de mentiras que solo sirve para sacar dinero. Y hacen bien. Pero sí soy del club de la sucesión, ese que deja frases sobre Oswald Spengler y hace viajes en helicóptero y cacerías en Europa y encerronas en yates y viajes nocturnos y tiene mujeres malas malísimas. Pero esto está bien hecho, hay que reconocerlo.
martes, 12 de mayo de 2020
domingo, 10 de mayo de 2020
Westworld. Tercera temporada.
Entre mascarillas y confinamiento, tercera temporada de Westworld. Sí. Hay distintas escenas en las que aparece el personal con mascarillas en Westworld, reconvertida en WarWorld y, por momentos, en MadWorld. No sé si es un acierto ver caras demasiado reconocibles de Breaking Bad o SOA para los nuevos papeles. Me queda esa duda. Y desde el principio de esta tanda de 8 capítulos, la sombra del libre albedrío, de las elecciones que hacemos y las que hacen por nosotros, de ser dueños de nuestro destino o la compra de un destino nuevo. Preguntas, frases heredadas (otra vez, WS y "los placeres violentos..."). Desconcierta en ocasiones, ilustra grandes momentos en otras, te deja boquiabierto en esas escenas bélicas y con esos drones y con ese futuro que no sabes si creerlo o no. Tampoco nos creemos lo de estos dos meses y hay que empezar a creerlo. O tal vez, no, porque todo es mentira. Ahora que nos venden un Ingreso Mínimo Vital por 1.015 euros, también podemos recrearnos en el parque temático o lo que queda de esa historia en ella, en la repetición edharriana de personaje, en una Dolores que impresiona, en una revolución y un líder, en el pasado de los militares, en las búsquedas que acaban en nada. Definitivamente quizás. O no.
jueves, 7 de mayo de 2020
miércoles, 6 de mayo de 2020
martes, 5 de mayo de 2020
lunes, 4 de mayo de 2020
Spides. Primera temporada.
Empecé a ver Spides el día que permitieron a los deportistas hacer deporte. Pensar y manifestar(se), todavía no. O nunca. Con este gobierno que quiere que sigamos así, y con esta oposición que quiere que sigamos así para llegar como salvadores del reino, cualquier cosa.Camellos muertos y neurólogas haciendo preguntas. Ahora que Toni Cantó se dedica a la película política y no a las series, parece que nadie recuerda Siete Vidas. O casi nadie. Pero Spides es una gran mentira edulcorada, un café irlandés sin el mejor café y sin el mejor irlandés. O no. Depende del momento. Y una de las protagonistas parece Inés Arrimadas. Ahora que solo la vemos a través de un ordenador (si la hija de Mariano Alonso no quiere hacer letras). O no. Simplemente se trata de un engaño, de un juego visual que no terminar de cuajar. El Infierno, antes, durante y después del confinamiento, con estado de alarma o sin él, sigue estando lleno de buenas intenciones. Pero las buenas intenciones, en un ejercicio como la primera temporada de Spides, no es suficiente. No. Nunca.
domingo, 3 de mayo de 2020
Casi Feliz. Primera temporada.
Ha sido una buena elección ver Casi Feliz en tiempos del confinamiento. Si Diego A Manrique decía que Un buen día de Los Planetas es "una canción de desamor disfrazada de vida cotidiana", Casi Feliz destila una amargura, una infelicidad vital que es cotidiana. Un tipo que se supone que lo tiene todo en teoría pero vive lleno de inseguridades: con la madre de sus hijos, con su difunto psicólogo, con su equipo de Atlanta, con su colección de gorras, con su camiseta de gallina con cabeza de perro, con su productor y con todo Cristo. Una cara triste que cree que puede sobrevivir pero le cuesta horrores. Demasiadas preguntas, demasiadas respuestas, demasiados días confinados con un presidente que da bandazos. Cada uno tiene el diablo que se merece. Todo es mentira. ¿Cómo cojones te preguntas como te ponen la gaseosa en el vaso? ¿Por qué los antisociales estamos mal vistos? Y lo de las fotos, de traca. ¿Agridulce? ¿Demasiado agria Casi Feliz? Pues no lo sé. La vida no es una película ni un videojuego ni un remake muy particular de Regreso al futuro. O sí. Es lo que tenemos. Y el pasado siempre te revisita. Una y otra vez.
sábado, 2 de mayo de 2020
viernes, 1 de mayo de 2020
Devs. Primera temporada.
El determinismo. Estamos encerrados, con un gobierno que ya está rozando el ridículo del de Rajoy (sí, Mariano, la culpa es tuya, tú trajiste todo esto en vez de dimitir), y alguien habla del determinismo y empieza a hacerse pajas mentales con frases existenciales. Punzadas en el corazón, que cantaban los Templeton en su particular Wilco. Y un asesinato televisado, juntando en el cóctel a rusos, chinos, barbudos, polis malos y a la rubita de The Newsroom. ¿O no era ella? ¿Y el posibilismo? ¿Quién cojones se acuerda del posibilismo? Devs, pese a su davidlynchismo evidente, tiene sus momentos. Mística (ese momento de "ver" el Calvario te deja tocado), futuro, pasado, licuadora. Mucha licuadora. Palizas, dedos rotos, asesinatos, huidas, despidos y mucha gente de mierda. Podemos tener todas las máquinas del mundo, pero cuando todo se va al carajo dependes de tí: de tu inteligencia, de tu físico, de tus manos (siempre que no tengas un dedo roto). ¿Es todo mentira? Por supuesto. ¿Podemos preguntarnos si el frisbi es un deporte? ¿De verdad? Ahora que todo es coronavírico, ahora que todo es encierro y desesperación, ahora que hemos visto mil muertos diarios por un puto bicho, estaría bien ver (en plan Devs) el final de toda esta mierda: a unos políticos en prisión y pagando con su patrimonio a los muertos, a unas familias realizando entierros y velatorios como es debido, a unos sanitarios trabajando en condiciones. Sí. Estaría bien ver, o vislumbrar, o hacer(nos) una idea de lo que viene. Siempre hemos sido curiosos. Y la curiosidad unida al dolor lleva a la cabeza a dar vueltas, y vueltas, y más vueltas. ¿A quién narices le importa un ruso chumascado en San Francisco? ¿A una china? ¿De verdad? ¿Volvemos al Paleolítico? Veremos el futuro, pero ese futuro será infinito y vomitivo, náusea sobre náusea. Como el Real Madrid de Zidane en aquella primera temporada tras el experimento Benítez, sabías que si ese Wolfsburgo perdonaba en Alemania y se confiaba con el 2-0, sabías de verdad, que el Real Madrid remontaría. Y remontó. Y la final contra el Atlético. Lo sabías. Sabías que el Atlético no podía ganar. Y no ganó. Todo estaba escrito. Y debía ser así. Y Devs, como dice Lily, "es el sueño húmedo de todo informático: reducirlo todo a código". Todo, antes o después, está codificado. Todo. Universo frente al multiverso. Ya lo cantaba Antonio Arias con Lagartija Nick en aquel himno de las versiones. Depende del momento, de la situación, de la falta de oxígeno en el parto, de las patologías previas y que te toque un gobierno como el de Rajoy o del de Sánchez para que todo se vaya a la mierda. Y hay una frase que vale para Casados y Abascales, para Illas y demás sanchistas, para Iglesias y Monasterios: "Hay que gente que no sabe nada del pasado y que está tomando decisiones importantes sobre el futuro". Ahora mismo dudo que, en mitad de esta tragedia coronavírica, exista algún dirigente político a nivel estatal que esté a la altura. No hablo de saltar desde una presa. No. Aquí, como bien nos recordaba el Maestro de Gramática, "no hemos sido educados en la altivez del suicidio". El problema es pensar el motivo de que estén ahí Casado e Iglesias, Sánchez y Monteros, Monteras y Monteres. ¿Cómo podemos salvarnos? Aparte de ignorando a estos politicuchos de serie Z, no lo sé. Hay que ignorarlos. Las limitadas obsesiones de este gobierno son mantenerse en el gobierno. ¿A cuántos de estos políticos podríamos pedirles una redacción de 500 palabras sobre Marco Antonio y Cleopatra? Estoy imaginando a la irenísima ministra igualitaria de la desigualdad escribir una redacción sobre el tema. Me estoy tronchando. Sí, estás escuchando mis carcajadas. Mis devísticas carcajadas. ¿Esta es la generación que nos espera? ¿Alguien que sale y entra por las ventanas? ¿Los mendigos son agentes dobles al servicio de Puttilandia? ¿Nos recreamos en los accidentes de tráfico? ¿Solo hacen pompas de jabón los hinchas del WHU? ¿Qué explicaciones tienen los ratones muertos?
Coda: ¿Alguien me explica lo de Lyndon? ¿Todo lo de Lyndon?
Coda 2: ¿Y todo esto por una niña muerta? ¿Es necesario montar un parque temático de la infelicidad por esto? ¿No habíamos visto esto en Matrix?
Coda 3: Ahora que parece que todos vamos asumiendo que todo es mentira, que siga rodando el fallo. El error. La existencia. Viva el pecado original, viva la desobediencia, vivan las manzanas en un autobús hacia una vida de mentira.
Coda 4: ¿De verdad alguien cree todavía en el libre albedrío?