martes, 12 de julio de 2022
Así murió Hernández Ros (tercer aniversario)
Hace unas semanas terminé Espinosa Pardo, el libro de López Mengual en el que aparece en diversos episodios Hernández Ros. Ahora, entre estíos de desesperación y milongas de baloncesto variadas, he leído Así murió Hernandez Ros (Tercer aniversario) de José Freixinós Villa, que tiene una foto enla portada de Ángel, con HR en bici delante de un 8 de aquellos viejos autobuses naranjas (ahora Murcia es multicolor en el tema de los buses) que nos llevaban a Murcia hace unas décadas. El personaje HR has sido olvidado en Murcia, porque hay mucho estiércol que el personal no quiere remover. HR es personaje novelesco, de esos que lloran relámpagos entre cárceles y sedes gubernamentales, entre pantanos y conspiraciones, entre depuraciones políticas y sentimientos encontrados. AMHR nos lleva a la crisis de 1984 en el gobierno de la CARM, aunque fue escrito en 1987. Al principio, JFV señala a los tres consejeros (Molina, Morales Meseguer y Albacete Viudes) “dimisionarios con Hernández Ros y subidos al carro vencedor de Collado Mena (que tenían) sus días contados en el Gabinete de Collado”. Ríase usted de Catilina. El denominador común de la desconfianza hacia Madrid, con un ejecutivo nacional y con unos dirigentes del PSOE que trataron a la CARM como un equipo de tercera regional con jugadores semiprofesionales. Hoy HR hubiera dejado en bragas a Revillas y Aragoneses, porque no hay nivel de comparación posible. Escribió JFV citando a socialistas murcianos que “es un giro en la política autonómica importante para reconducir otra vez el poder central”. Habla JFV de sobornos y periodistas, de consejeros autonómicos contra presidente autonómico, de mierda sobre mierda. La pregunta sería: ¿Le importa la CARM a alguien fuera de Murcia? Esa pregunta tenía valía en 1984 y la sigue teniendo ahora, aunque ahora somos chiste ambulante que no importamos para nada entre tránsfugas en el gobierno regional, si es que a eso se le puede llamar gobierno regional. Pero da igual, la Región no cambia. A posteriori, hemos visto que al PP nacional y al PSOE (ahí no puedo poner nacional ni español) no les importa nada. Ya lo cantaban Oasis: “I hope, I think, I Know”. Subrayaba el autor en 1987 el desencanto hacia los políticos. Yo dejé de votar hace tiempo. No sé si volveré a hacerlo y sigo sin entender que el personal lo haga. La tomadura de pelo es interminable pero nadie se pregunta si lo están utilizando en la CARM, en Murcia, en la vida. Calzonazos todos. Subrayaba también JFV lo “antinatural de la crisis de 1984” y el “ridículo” de muchos políticos, incluyendo la subida de sueldos que se impusieron en el gabinete autonómico. Además, indica JFV la importancia que jugó la Secretaria de Organización del PSOE, Carmen García Bloise, en este embrollo. “Madrid dicta sentencia”, escribió JFV, y pone el ejemplo del deseo de Guerra de escoger como sucesor de HR a Carlos Collado Mena. Y aparece la palabra traición allá por mayo de 1984. Enfatiza el autor “la soberbia de los vencedores”: complot y traición, en palabras de HR. Hace JFV una semblanza de los protagonistas en la tragicomedia del 84, empezando por HR, seguido por José Luis Albacete (consejero de Agricultura), Morales Meseguer (Sanidad, hablando de falsedad en la teoría de la conspiración), Pedro Antonio Mira Lacal (consejero de Interior), Carmen García Bloise, el periodista Joaquín García Cruz (que también tenía un importante papel en el libro de López Mengual, que aseguraba que todo “es un atentado clarísimo contra la libertad de expresión”), José Antonio Asensio Girón, CCM, Jiménez Conde, Josefina Cebrián (esposa de HR) y Martínez Pardo. Y junto a los personajes, más o menos bordes o inhumanos, el físico de Teniente Flomesta. Hace JFV la comparación con el dinero alemán que financió a González y al PSOE, indicando como distintos dirigentes socialistas señalaron al diario La Verdad como culpable de la crisis. Escribe JFV: “Murcia solo interesa en el plano informativo cuando las riadas del Segura arrasan nuestra tierras”. Y sigue pasando, ahora entre DANA y DANA, o, un poquito con el asunto del Mar Menor. Del AVE hablamos otro día, que una vez conseguido el soterramiento parece que da igual que tengamos trenes a Lorca o no (una puta vergüenza para la mayoría de partidos de esta región, solo me viene a la cabeza las quejas del fallecido alcalde de Totana y poco más, todos callan). Las hemerotecas son muy malas (o lo peor, como decía el hombre de la camisa verde). “Mata al rey y vete a Murcia”, repite JFV, el mismo que suscribe que la dimisión primera de Molina Molina fue “la que precipitó todo, a la que se sumaron Morales Meseguer y Albacete Viudes”. Reflexiona JFV sobre la posibilidad que tuvo MM de ser presidente regional, como gestor y especialista sanitario de renombre, aunque su condición de valenciano le restó en sus aspiraciones (y habría que añadir la muerte de varias mujeres en el Psiquiátrico del Lugar de Don Juan…que todavía esperan respuesta). De Albacete y su gestión con PROMURAL, del que fue Presidente del Consejo de Administración y Consejero Delegado, también quedan dudas y sombras, o sombras y dudas, o todo junto y mucha bruma a la vez. Incide JFV en la injeferencia de Madrid en los asuntos murcianos: “Es la rebeldía por la desfachatez a disponer de nuestras formas de vida. Es la repugnancia hecha vómitos de cuantos frescos se divierten con los intereses de los murcianos”. Y apostilla: “Murcia no tiene políticos. Nadamos en el gran vacío de los ciegos”. Otra día hablaré de los que vienen de Lorca, o nos imponen desde allí, pero hoy sigo sin tren de cercanías a Lorca, y vaya usted a saber hasta… Y esa pregunta de JFV a la esposa de HR: “¿Es cierto, señora de HR, Josefina Cebrián, es cierto que usted ha amenazado a su marido con cerrarle las puertas de su casa si claudica esta noche ante el comité ejecutivo regional?”. Habla JFV de “Murcia como circo nacional”. Escribe el autor: “La imagen del partido era la única obsesión. Ha sido lo único importante que sacudía las entrañas de los políticos socialistas durante la crisis. No había otra preocupación”. Hoy lo llamaríamos postureo. Se refiere JFV ala edición de El País de 19 de marzo de 1984: “operaciones valoradas en 11.000 millones de pesetas e iniciativas pendientes de consideración estimadas en 200.000 millones”. Soborno, deuda de la CARM (si viera ahora HR la de los últimos años, que parece que no cuenta), despilfarros, “pistoleros en busca de consejeros dimisionarios”. Y más: “supuesto intento de soborno” y “presuntas irregularidades”. Y de ese mismo 19 de marzo del 84, reproduce JFV un artículo de Diario 16 de Federico Jiménez Losantos titulado “La lubina autonómica”, en el que aseguraba que “las autonomías son carísimas” y que “en muchos casos la pasta se la quedan unos políticos mezcla de patán y contratista”. Añadía JFL que HR era conocido como “Lubina Mimmo” por su repetición en la petición del plato en los mejores restaurantes de Murcia. Y sentenciaba FJL: “Como la lubina autonómica cuesto lo mismo que la centralista, el resultado es carísimo. Hemos instaurado un caciquismo regional para sacudirnos el centralismo de antaño y, en muchos casos, el remedio es peor que la enfermedad”. Suma también otros artículos de Pilar Urbano en ABC, como el titulado “El tumor de Murcia”, en el que incide en PROMURAL (300 millones en péridas), de CHACONSA, y de Ingeniería Urbana, y del encierro de ciertas personas en el hotel 7 Coronas durante la crisis. A ellos añade otras columnas y artículos de Ricardo de la Cierva, Emilio Romero y las anécdotas en el restaurante Torrot del consejero Molina Molina presentado ante la prensa el esbozo del presupuesto regional y de la subida del 17% del sueldo de equipo de gobierno regional. Subraya el autor el papel de La Verdad y de L a Hoja del Lunes en todo aquel asunto. Para el calendario JFV en la noche del 26 al 27 de febrero del 84 y en la dimisión de Molina Molina, en esa diana también aparecen nombres como el de PROMURAL, MURACUA, el tren aéreo Murcia/Molina, el Casino de La Manga, la flota de barcos, y por el PSOE, COPEX, MIRSA y Mármoles Barina. Recuerda JFV el Congreso extraordinario de mayo de 1984 en Murcia, los reproches al restaurar como consejero a Molina Molina por los miembros del PSOE (él no era afiliado). En el siguiente capítulo del libro, JFV habla de la supuesta quiebra financiera de la CARM de la que se hacía eco constante El País, y en la que se incluían proyectos como la televisión autonómica o quedarse con Azarmenor (dueños del Casino de La Manga), el posible traslado de una parte de Transmediterránea con el objetivo de abrir la línea entre Cartagena y las islas Baleares, la renovación del Hotel Victoria, la promoción de películas que incluía un largometraje sobre Antonete Gálvez, y otras inversiones en factorías de piensas y la compra de barcos para los negocios de exportación, según informaba Joaquín Prieto en El País. Vuelve a incidir JFV en el desprestigio que el despilfarro en empresas como MURACUA (vivan los langostinos) y PROMURAL (viva el pimentón) hicieron en HR. También se refiere el autor a la figura del Delegado del Gobierno, Eduardo Ferrera Kétterer, y la distancia y frialdad de su relación con HR. Pone énfasis también JFV en la falta de asesoramiento de HR, y pone en entredicho la figura de Ismael Galiana. “El gabinete de HR no entendió jamás a la prensa”, es una frase que está latente en todo el libro. Ahí se contextualiza la información del diario La Verdad en la que se daba a conocer que el Secretario de Finanzas del PSOE intentó comprar a dos periodistas de La Verdad (García Cruz y Salanova, de las secciones de política y sucesos) por parte de Francisco Serrano Lucas. También se hace eco el autor de las conversaciones y reuniones en los bares (Dalton, Princesa) y en el hotel 7 Coronas. Y la visita nocturna de HR a La Verdad. Aparecen en AMHR bastantes veces las palabras bochorno, pistoleros, policía, montaje. Lo del montaje sobrevuela todo el relato, canta demasiado en do menor. Da también JFV la versión de García Cruz, y, como en la canción de Astrud, “del miedo que tengo”. Escribe JFV: “García Cruz se convierte en el gran protagonista. Su figura se va perfilando en toda España como el gran héroe de la libertad de expresión”. García Cruz y una información que lo vincula, según el libro, a una supuesta afición, o el viaje conocido como el del “Tren de solidadaridad con Polonia”, son otros aspectos que salen a relucir en AMHR. Se recogen las palabras de JGC : “Quiero matizar, fue soborno. Un soborno materializado. Porque hemos llegado a recibir 500.000 pesetas que era la mitad del precio convenido”. Y el archivo del caso en la Justicia, y la aparición del fiscal jefe en Murcia en el circuito regional de TVE, y la respuesta en La Verdad, y los careos entre HR y González-Conejero (entonces director de LV) por una parte, y del que se produjo entre JGC y Serrano Lucas, en el que aparece el nombre de José Luis Espinosa. Hasta pregunta a María Antonia Martínez por parte de JFV aparecen reflejadas en AMHR. Y la llegada de CCM a la presidencia del Gobierno de la CARM, pero con la sombra que dejaba todo el embrollo en cuatro cuestiones: empresas públicas de la CARM, empresas del propio partido, subida de sueldos y supuesto intento de soborno a dos periodistas murcianos. Y la entrevista final de JFV a HR en la que el expresidente hablaba de una crisis debida a acontecimientos extrañamente encadenados. Sobre el consejero Molina Molina, expresaba HR: “Hoy pienso que es más un enfermo mental, de conductas paranoicas más que cualquier otra cosa. Recuerda HR la oposición de LV, y se refugiaba en los números de las elecciones conseguidas con él al frente en la región para el PSOE, con un 53% del voto obtenido en las elecciones autonómicas y un 48% en las generales, asegurando que sin el intento de soborno hubiera seguido en el cargo. Deja el libro un aire de decepción sobre un personaje tildado de iluminado, con el que creo que sinceramente le hubiera ido mucho mejor a la CARM, intentando alejarla de ese perenne aldeanismo que tenía y que sigue teniendo en la actualidad.
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