Leo en LD que el dominio America.com no se vende. De momento.
Veo en Pulsodigital.net la lista de los países más pobres. De vacaciones por el mundo.
Hasta Duffy llora. ¿Tan grave es la crisis, señor ministro?
Leo en LD que el dominio America.com no se vende. De momento.
Veo en Pulsodigital.net la lista de los países más pobres. De vacaciones por el mundo.
Hasta Duffy llora. ¿Tan grave es la crisis, señor ministro?
He visto Lars y una chica de verdad. Vaya delirio. Tipo solitario, Mister Goslan, el mismo de Half Nelson, esa gran peli de un profe de Sociales en el culo del mundo (otro atormentado). La tormenta de Lars es otra. Un buen día, gran canción, aparece con una muñeca. La muñeca es su novia. Y va con él a todas partes, la dichosa muñeca. Hasta a misa. Joder, hasta la luz de la noche la lleva. La muñeca está presente en cada uno de los momentos de su vida. La peli es un claro reflejo de la sociedad postmoderna. Tanto neoliberalismo, tanto respecto a las opiniones ajenas, tiene sus consecuencias. ¿Pero es que estamos locos? Hay cosas que se te quedan grabadas en el disco duro. Un ejemplo, un tipo en la Glorieta con un radio-cassette, a estas alturas, cinta cara A, cinta cara B, a toda castaña. Los inviernos, con lo que me gustan a veces, trastornan a la gente. Alteran hasta a las alteradas. Y lo veranos. Y cuesta reconocerse. Hay que escuchar a la gente cuando se encierra en sí misma. A cada movimiento de su pie. Y decir, expresar, coordinar sentimientos. Peli agridulce, de momentos de taparte la cara por vergüenza ajena. La perfección es una hoja seca en una alcantarilla. Lo demás, es una puta mierda.
Leído en LD. Dos casas por una.
Como sigan así, el reciclar en Murcia se va a acabar. Toma ya. Visto en el CQC. Y en el CQC. A mí nunca me ha hecho mucha gracia, pero bueno. Lo importante es la voluntad, como las misiones con los cascos azules. De traca.
Canción del día, El vertedero de Sao Paulo, de Astrud.
Encontré esto hace 3 días en Ican’twithmysoul. El estado de la Educación, con mayúsculas, en España. Y su evolución. Bordado, como se tiene que bordar. ¿De izquierda a derecha?
He visto en elchavalin.com que Tarantino viene a Almería. Mandíbulas cruadadas al poder. Y el día 7 en Los Albaricoques.
Veo esta foto en La Vanguardia y me hace que pensar. Una cosa es una cosa y seis media docena. A lo mejor, sólo debería llevar algo, y lo demás fuera. O no. Vete tú a saber.
Leído en El País. Excomunión.
A partir del día 5 tenemos a Pableras en la final NBA. Hay que trasnochar.
Trompazo real. Visto en LD.
En Murciaconfidencial escriben que se subastan pisos en el Mar Menor al 50% de su valor. ¿Ganga?
A Josh, un alumno del curso pasado, más cerrado hablando que doña Margarita la del partido conservador, le pregunté por el Creep de Radiohead. Me dijo que eso se lo decía al que era gilipollas, súpergilipollas, al que rozaba el borderline. Ya se sabe, trastorno límite de la personalidad. Pero la canción, es un clásico. Aunque la escuches y luego acabes metido en una bañera vacía el día del Bando de la Huerta. Esas fotos…
No vuelvo a ver una peli de Claude Chabrol. Una chica cortada en dos. Reflejo de la burguesía más rancia, de Francia y, de Europa. Vaya gentuza. El señor escritor, mister 1ª edición de 300.000 ejemplares. Con su mujer, y con la chica del tiempo. Y todo lo demás. Pues eso, Chabrol.
Leído en LD. Puede que vuelva una nueva Primavera Negra en Cuba. Raúl.
En la página de la ocu han puesto un informe interesante sobre bancos y cajas y lo que dan en mayo de 2008. interesante.
Don Alejandro deja el Joventut.
Cuando le decía a mis alumn@s el año pasado que el erasmus era orgasmus, algun@s se reían.
Escultura hiperrealista en un articulo de Elconfidencial.com.
Somos 1442 aspirantes para 100 plazas. Los cálculos y probabilidades no me encargo yo de hacerlas. Incluso algunos son tan chulos que no ponen ni la letra de su DNI. Como sólo utilizan el pasaporte. Pues eso, canción del día, El pasaporte, de Los Brincos. Aunque hay gente que sigue prefiriendo su Borracho.
El golpe. Del 96 al 2004 era una de mis grandes obsesiones. Dar un golpe. Lástima de no tener los cojones suficientes para eso. Ahora estaría… No sé dónde estaría. Cada día. Antes que el diablo sepa que has muerto, es una peli de un golpe que se lía. No se puede montar un golpe desde la necesidad, desde la improvisación. Y menos, desde la venganza. Dos hermanos, aparentemente postmodernos (crisis familiar, ruina económica), deciden dar un golpe en la joyería de su familia, de sus padres. Pero no piensan en los cambios, en las mutaciones de los días rutinarios (he vivido miles de ellos). Porque el día que parece más rutinario es el más anormal de todos. Los gritos de desesperanza no se dan con una pistola en la mano. Y encima estando Marisa Tomei de por medio. En la peli hay muchos saltos temporales, hay cabinas y penumbras, bares de borrachos postmodernos y de desechos sociales. Nada es lo que parece, incluso aunque vayas al mejor oculista del mundo. Es muy buena peli, pero tiene dos cosas. La primera, que le sobran diez, quince minutos, estira el chicle un poco más de la cuenta, le da demasiado hilo a la cometa. La segunda, que deja la historia en puntos suspensivos, en la que cada uno puede darle un pespunte a la magdalena. En fin, que la podía haber puesto en el Rex, sino hubiera un robapiedras de por medio. Lástima. Lástima no tener los cojones suficientes para eso.
Veo en Cartagena ecológica que los murcianos somos los más obesos. Y yo el potaje me lo tomo sin acelgas, que quede claro.
En Muchochisme hablan de un despiste. Menudo despiste.
Canción del día, Lady blue de Bunbury.
Todavía es domingo por la tarde. Grandes, Afcorn. Grandes.
Las poca Coca-Cola que tomo, con azúcar a raudales y una buena hierbabuena de cosecha propia. Dulce como ella sola. Y regadla bien, en todos los sentidos. Mira que fotito me ha salido. Qué buena pinta tiene.
Hace un par de semanas, estando en villa Espinardo, a unos metros de la Estrella de Levante (no podía ser de otra manera), vi en un cruce que indica Los Gerónimos. Bendito sea Dios, nunca mejor dicho. Si es que hasta el Señor Word lo pone con jota automáticamente. En fin. El cuento de nunca acabar, cómo las calles de numerosos pueblos de Murcia y alrededores, con el nombre del escultor sin z. Salcillo. Olé tus huevos. La fotito de los Jerónimos es de hace un par de semanas. Y no hablo más que me caliento.
Joder cómo se pasa el tiempo. Qué se lo digan a Juan y Junior. La caza.
Leo esto en El País y me quedo perplejo. Menudo desperdicio.
Canción del día, de Ben Lee, Catch My Disease. A lo mejor es muy moña. Cuando ves por la tele cualquier concierto del ricitos de oro te das cuenta que nunca iguala un concierto a una buena canción de estudio. Atmósferas incomparables. Pero da buen rollo la cancioncita de las narices, aunque sea moña. Muy moña.
A ver si en Murcia copian estas medidas. No sé si ya prohiben dar panfletos en las calles. Así empezó Lee Harvey Oswald, y luego pasó lo que pasó. O nos cuentan lo que pasó cómo quieren y le cargan la oreja. Del católico. Lo de las bicis también lo veo bien. Putos kamikaces a 2 ruedas. Visto en la Voz de Salamanca.
Pablo Molina en Libertad Digital escribe sobre don Alberto.
En Siemprebasket.blogspot.com nos cuenta la sequedad de los lagos en El Alamo.
Y hablando de moñas, el Limón, siempre con ginebra nunca sólo. O sí. Todavía no entiendo cómo censuraron las imágenes de JPII, viva el giro a la derecha, poniéndose las gafas de Bono. Vaya estupidez católica.
Anoche vi Black Hawk derribado. Jodienda con vistas a la bahía. Pedazo de playa desaprovechada. Año 1993, el jodido cuerno de África. Calor pegajoso a más no poder. Flacuchos antiblancos disparando a todo lo que se menea. A todo blanco que se mueva. Helicóptero norteamericano que se va al suelo y es masacrado. La peli no para un momento. En los créditos del final habla de 19 soldados norteamericanos muertos. Y más de mil milicianos somalíes. No para la peli. De aquí para allá, dando bandazos en una tierra que se muere a sed, balas y hambre asquerosa. Una femoral que no se encuentra. Ríos de sangre en una tierra seca dónde hay otra. Fenómenos inútiles. Qué cambie algo para que no cambie nada. Cascos azules y cielos azules desaprovechados. Le daremos un ocho. O quizás no. El marido de Hilaria tomando decisiones. O dejando de tomarlas. Y todo lo demás.
No he leído nada de Conrad, no he leído El Corazón de las Tinieblas. Si he escuchado demasiadas noches a Morrison y Manzarek, si he escuchado muchas noches a The Doors. Apocalipsis Now comienza con el The End, de Jim y sus secuaces. Eso es una declaración de intenciones. La muerte en vida, el honor, el deshonor, y todo lo demás. Aparece un Martin Sheen hecho unos zorros, mientras el enterrado en París da sus aullidos lisérgicos, desesperantes. El puto horror hecho persona. Es metido en la ducha por dos de sus compañeros del ejército norteamericano. Está en Saigón (el señor Word lo cambia por Raigón). La peli es la historia de una desesperanza, de una ilusión óptica en un mundo de caos. Sheen es encargado de localizar a un militar colgado que está mirando a Cuenca, que ha perdido el juicio. Esto nunca lo entiendo. ¿Cuándo se ganan juicios en esta vida? ¿Cuándo? Como diría Diego A. Manrique, hay que estar con la gente en la derrota. Hasta la derrota siempre, que dice la Demencia. En su búsqueda cruza el horror. El objetivo es un santuario en mitad de la Selva, donde un Marlon Brando ha sido erigido como Dios por una jungla sedienta de venganza. Pura idolatría pagana, lo define un Dennis Hopper, que ejerce de fotógrafo aún mas seguidor de un Brando que corta cabezas al doquier. Son 195 minutos de viaje al espectro, de notar qué fácil es que se te caiga el cielo sobre tus Adidas. La libertad como ideal. Hacer lo que te salga de la neurona. El infierno es esa muerte lenta, esa enfermedad contagiosa, esa infección del alma. ¿Qué hace un tipo de Toledo, Ohio, cruzando una ciénaga en mitad de ninguna parte? La selva y el barro. Una Biblia leída en mitad del infierno. Una cabeza cortada que ves entre tus piernas. Nuestro hueco, somos un cráter desierto. Cabezas mojadas, mezcla de sudor, agua y venganza. La posteridad es una gran mentira, como la vida. La existencia es una penumbra peligrosa. Lo absurdo de toda la falacia que es el ritmo repetitivo de nuestras vidas? Marlon Brando dice que “juzgar es lo que nos derrota”. Todo es derrota, en esta magnífica película. El tendero y su chico de los recados. El espectro de Brando también afirma: “No hay nada que deteste más que el hedor de la mentira”. Pues eso, 195 minutos de pasión y entrega, de paranoia alucinante. Excepcional.
Ahora que llueve es bueno recordar el Cerca del Sol, de Cooper.
Consumo responsable. Qué sarcásticos estos chicos del CLJM. Consumo responsable. Así se van a hacer más fuertes. La edad adulta entre calimochos calientes. Responsables abstemios que encontrarán Un Día Perfecto. Vaya futuro que nos espera.
Canción de la mañana del domingo, 33, de The Smashing Pumpkins. Toma caballo y bailarinas en mitad de la calle, y cuervos, y sillas de ruedas, y espadas de juguete, y harenes, y una playa desierta, y muñecas blancas. Y todo lo demás. Aunque, como decían bailando sobre tumbas los buenos de Siniestro Total: “Ante todo, mucha calma”.
Dice Pedro que el problema es la emancipación. Mira América, ¿de qué cojones le ha servido emanciparse? Emancipación. Y escudos.
En New York Post. Hillary. Joder, pensarlo da miedo. Mucho miedo. Y luego Stone haciendo una peli. Joder, joder.
Leo en LD algo sobre ikastolas que lo flipas.
Héroes de arena en Portugal.
Visto en El Mundo. Ha muerto Tirofijo.
Ojeado en ECC. El bikini de Leia.
¿Cómo nos influyen las metáforas? ¿Sabes tú cómo nos influyen las metáforas? ¿Podrías decirme tú cómo me influyen tus metáforas? Las metáforas influyen cuando perdemos el tiempo en ignorarlas.
Enfermedades de cristal, y el origen de esta pasión que siento por ti. Ella y yo, y utensilios y avances, homínidos que reptan sobre un suelo frío. Y nunca sé lo que hacer con tus pies fríos, y no sé que hacer con tus manos muertas.
Estado febril y marchas inesperadas. Explosiones de desesperación y cara de bobo, de gilipollas profundo, de imbécil con orejas rojas en el noviembre de funeral. Margaritas azules, crisantemos de esperanza en el próximo gintonic. Saltos al vacío en el centro del dolor, en la dejadez de un segundo sin sustrato. El entresijo de mi locura está arrinconado, sin novedad, en el pensamiento sanguíneo de una vena llena de esperma revuelto. La cuenta de mi pequeñez intelectual llega a la frontera de la estupidez, de la baba caída en la camisa. Sin fe miro una tele apagada, miro el crucifijo de mi pared pensada en blanco seminal. La guerra ya no da guerra. Me queda el vermouth.
La luz meridional de las estrellas crepusculares son claras ante mi bostezo, cerrándose en la esquina del desamor. Estrellas olvidadas de un infierno de vinagre en arterias abiertas. Sentimientos frustrantes de palmadas en la espalda, de sentidos pésames en el paritorio de las mentiras.
Y más mentiras, y reproducciones de imágenes repetidas. Mentiras y más mentiras. Pimientos y pepinillos, banderillas para desayunar después de la vigilia del insomnio. Te quiero y tú me olvidas. Diabetes neuronal de jeringuillas que no quieren ir a ningún lugar de tu corazón. Insistencias y borregos andantes en un paisaje repleto de campos de minas, de abominables seres, de amebas vestidas con la corbata de funcionarios inoperativos. Me quedo en esta paella repleta de ruinas entre verduras malolientes. Rayas, mil rayas. Y luego decidiré si me salto la tapa de los sesos, de mandar el paladar más allá de los Urales. Y se hace de día y sigo con este boli rojo en la mano, con las cosas que podría hacer con la ambición de esta mano. Y cortar unas rajitas, al sol, y sin cortarlas. Y el melón, y sus pipas, y las opiniones cambiantes de la concentración sobre el polen de la inflación. Todo es mentira, como siempre. Y tu opinión llévala dentro de la maleta, mentira andante.
Al sur de este carajillo de anís veo un futuro de toallas mojadas. Con la sabiduría del tonto, con el milagro de las maldiciones, sudo entre sábanas febriles y deseosas de sureñas caderas. El compás, y su movimiento, y encontrar el norte (o el sur) de una cueva casi perfecta, de la que pueda saborear mucho más.
La camiseta, el lomo, los Artic Monkeys a traca regulada, los tontos de la villa, la agenda electrónica y los subnormales sin reloj que me rodean. Y una botella de ron vacía, risas de cajas de galletas, gente excesiva, mensajes de vino rancio en mitad de esta maldita noche. Y todo lo demás.
En ABC hablan de Darfur.
Leído en LD. La chapuza de los 400.
En ECD hablan de enfrentamientos televisivos.
En soitu.es hablan de bus y wifi. Vaya ilusión perversa en la perversa Murcia.
Anteayer vi 88 minutos. Está bien, se deja ver. El guión está bien, aunque cualquier episodio de 24 lo tiene mejor. Profe universitario y a la vez forense que participa en juicios. Uno de sus represaliados, condenado a muerte, se va a tomar la justicia por su mano a través de un@ de l@s secuaces del profe. Cuenta atrás, muchas carreras, coches y explosiones, y todo lo demás. En el cine se puede ver. Al Pacino con ojeras, y con una perilla que no le hace justicia. El profe que se va de fiesta con las alumnas. El libre albedrío. Asesinatos que resolver. La secretaria lesbiana. El amigo policía. Las motos que te persiguen. El pasado, dice Montero Glez en su magnífica Sed de Champán, libro que todavía anda por tierras andaluzas, “o se olvida o se magnifíca”.
La escafandra y la mariposa. Vaya peliculón. La historia es un dramón. Joder que dramón. Tipo en la cima del éxito, que recibe un cebollazo cardiovascular. No se muere, se queda paralizado. Sólo mueve un ojo. El ojo izquierdo. Al principio se quiere morir. Cómo no. Pero luego sabe saborear lo que es la vida. Le da tiempo a escribir un libro. La peli de Schnabel es un ejercicio visual increíble. Los pintores tienen capacidad para ilustrar textos en imágenes. Rubens, Velázquez, Rembrandt, Goya, hubiesen sido grandísimos pintores. Lo primero que dice el ojo del protagonista es que quiere morir. La enfermera, menuda enfermera, le dice que eso una falta de respeto, una obscenidad. La película es un ejercicio de imaginación mortal, un ejercicio de memoria, un milagro. El síndrome del cautiverio. Hay frases lapidarias, de traca, la imaginación al poder. El domingo es cómo cruzar el desierto. Yo me imagino un domingo por la tarde y ya me pongo depre. Imaginad, en un hospital, cubierto de cables. Imaginad un lunes por la tarde en invierno. Incluso sale el Benidorm de los enfermos, la ciudad de Lourdes. Joder. Emocionante. Incluso lagrimante. Una peli de 11. Merece la pena, incluso, aunque el prota no pudiese escribir La Condesa de Montecristo.
400.
Yo tampoco me reuniría con un perdedor.
El otro día me preguntaron cuál de las sectas era más peligrosa. Tres peligrosas. Y punto.
El entierro, dice aquí la entrada en youtube. Ojo con el del mono azul.
“Todo cuanto hay se burla del miserable hombre; el mundo le engaña, la vida le miente, la fortuna se burla, la salud le falta, la edad se pasa, el mal se da prisa, el bien se le ausenta, los años huyen, los contentos no llegan, el tiempo vuela, la vida se acaba, la muerte le coge, la sepultura le traga, la tierra le cubre, la prudencia le deshace, el olvido le aniquila, y el que ayer fue hombre hoy es polvo y mañana nada”.
Baltasar Gracián, El Criticón.
“Los reyes encargaron a algunos frailes que predicasen y redujesen a la verdadera creencia e Nuestro Señor Jesucristo a las personas que hacían rito judaicos […] y notificaron el hecho al sumo pontífice. Éste [Sixto IV] dio su bula, por la cual mandó que hubiese inquisidores en todos los reinos y dio el cargo principal de esta Inquisición a fray Tomás de Torquemada, de la Orden de Santo Domingo.
Éste, que era el principal inquisidor, instituyó inquisidores en todas las más ciudades y villas de los reinos de Castilla, Aragón, Valencia y Cataluña. Los cuales ponían sus cartas para que aquellos que habían judaizado, viniesen a decir sus culpas y se reconciliasen con la Iglesia. Así, muchas personas confesaron sus culpas y yerros de herejía y fueron más de quince mil. Y los que, en el plazo impuesto, no venían a reconciliarse, una vez habida información por testigos, eran presos y se hacían procesos contra ellos”.
H. del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos
Ayer alguien me gritó desde un coche. No acerté a ver quién era. De espaldas vi el vehículo. Pero escuché el grito de guerra. Porri, me llamó. Porri era mi apelativo de guerra en la época heroica, la de baloncesto y gintonics. La de Refugio a las seis de la tarde. Platos con tequilas. Tenemos que recuperar aquel Herradura Reposado Recuperemos el pasado, puesto que vivimos en el historicismo más asqueroso que se recuerda entre el Caspio y el Nilo, vía jengibre seco. Quiero perderme, y no encontrarte nunca más, canta J en Si me diste la espalda. El coche me dio la espalda. Casualidades, no. Las casualidades no existen. Intentos fracasados, tal vez, pieles desgastadas por neuronas cansadas, por influjos que van más allá de la metafísica. En época de vacas flacas hay que recuperar la imaginación, el poder de la mentira y todo lo demás. Dice El País, que el petróleo ha subido 10 dólares en cuatro días. Necesidades innecesarias. Viajes a ninguna parte. De viaje. Y luego me dicen que soy un ególatra. Qué si hablo de mi en tercera persona. Qué si me paso riéndome de los gilipollas en los bares y cantinas. Lo que hay que ver y escuchar. Con Torquemada no pasaban estas cosas.
Anteayer vi Una noche para morir. Refrito de todo lo demás. Jovencita a punto de graduarse recuerda su más oscuro pasado. Un profe se obsesiona con ella. Tanto, que hasta mata a toda su familia (padres y hermano). Pasado un tiempo, se fuga y vuelve, precisamente, la noche de la graduación. Topicazos a la enésima potencia. Galopadas existenciales, ilustrativas, representativas de la Historia de Usa. La agitación y el baile, la contestación particular de un tipo inadaptado. Obsesión utópica. Eucaristías imposibles, retratos quebrados, postales perdidas en el baúl de la memoria que salen a la palestra cuando el maestro colgado reaparece en su vida. Quizás prescindible, quizás ocio (siempre productivo). La vida es pasar un rato, integrar piezas. Imágenes florecientes, unidas, a veces, borradas. Y es imposible encontrar apóstoles conversos en el siglo XXI. Damasco nos pilla muy lejos.
Por Totana muere el pez. Si es que la rambla va seca, muy seca. Y los pececillos, la palman. Pobrecitos.
Estos cachondos han hecho una versión muy cool del Yo ya no de L-Kan. Incluye la frase del día. “Yo ya no germino judías”. ¿Son comestibles las judías? ¿Qué es un buzón de correos? ¿Hay que hacer exámenes? El historicismo se ha puesto de moda, desgraciadamente. Puto refrito.
Los robapiedras siempre protestando. Robapiedras!!!
El hombre huevo, visto en LD.
Las fotitos acabo de hacerlas hace una horita escasa en el autobús número 61. Vaya porquería de autobuses, y de servicio, y todo lo demás. Qué asco me da, y llevo 17 años cogiéndolos día tras día.
El lujo alhameño. Currucu la paloma.
Fallos en los amarillos. No me gustan pero son un fenómeno de masas. A mí me gustaban con quince años. Ahora me parecen una mierda. Pedacitos de mierda amarilla que diría Quentin Tarantino.
Video del día: No ardieras, de Los Planetas. Venganza al poder, dolor y regalos, adoraciones malintencionadas, revistas, falsos testimonios, fruta madura pudriéndose en el infierno. Y todo lo demás. Y sufrimiento ajeno.
Ahora parece que el problema de España es un crucifijo. No hay paro, ni terrorismo, ni hijoputas sueltos en los centros deseducativos. Y, una pregunta: ¿es qué han desaparecido los reformatorios en España? De estudiantes y de políticos, me pregunto, ambos peligrosos.
Pongo un enlace al comunicado de los profesores en huelga del centro Pedro Jiménez Montoya, de Baza. Esto es cuestión de tiempo que pase en todos los institutos. Estamos listos de papeles con tanto control de calidad. Pareces una fábrica de embutido, con batas blancas y gente pinchando chorizos con una aguja esterilizada. Joder con el invento y el negocio. Viva el modelo productivista, viva el aprueba más y cobra más. Viva el sistema educativo.
La foto la hice el viernes, en mitad de un polígono industrial que pronto será un centro comercial. Hagamos, el ocio, consumo. Alcantarilla, El Palmar y San Ginés, el triángulo del progreso del Sur. Atiza.
Martes por la tarde. Mes de mayo en Murcia. Sol y viento. Martes inductivo. Imágenes florecientes. Ambientes confluentes. Ideologías espontáneas. Ambiente universitario, para situarnos. Cantina de La Merced. Nosotros éramos los dos tipos más viejos del lugar. Perdón, no. Parece ser que no. En la mesa de al lado hay un tipo, más, más que nosotros. Más de todo. Apura su café, o lo que demonios, o laxante se esté bebiendo. Debe ser esto último por la cara de estreñido que tiene el julay. Saca su cartera del bolsillo de los vaqueros. Abre una cremallera pero no encuentra monedas. Será por la letanía del personal, vaya personal. La propaganda de la nueva fe no ha dejado sin billetes de euro. Pero ese es otro cantar de gesta. El tipo, con su pelo de panocha negro, duda un momento. Mueve su cartera con gesto nervioso. Saca el billete de cinco y se levanta. Se acerca a una barra en la que ya no está Óscar. Allí espera entre el tribalismo contemporáneo que es el bar de una facultad, un universo de improvisaciones libres, de toques insólitos, de niños del futuro que todavía viven en propuestas utópicas e ingenuas. El tiempo los pondrá en su sitio. Le cambian. Moneditas que se perderán como los estandartes en las naves de la Invencible. Fantasías curvilíneas. El tipo, al que nunca invitaríamos a nuestra mesa, se acerca a la vieja máquina de Pinball. El contrapunto de la Física comienza a llevárselo al huerto. Las monedas van cayendo y el tipo de pelo panocha negro, se va poniendo cada vez más nervioso. Y, nosotros, tristemente, con sólo tres verdes en el cuerpo, empezamos a comportarnos como una panda de borrachos absolutamente colocadísimos. El del pelo panocha empieza a ponerse nervioso, y cada vez empieza a darle a la máquina con más fuerza. Con más impotencia. En su viaje feliz por los territorios místicos, la bolita mágica va haciendo su papel. Nosotros, oportunistas y farsantes, nos reímos cada vez más. El tipo debe de ser sordo. O se hace el sordo, que a fin de cuentas es lo mismo. Jesús, provocador de nuevas ideas, disimula su risa como puede y toma como excusa su móvil. Se va. Me deja allí contemplando la postal del paisaje local. El pelo panocha está cada vez más nervioso. La electricidad va cargada de química. La combinación postmoderna es una lucha contra la nostalgia. Nuestro colega del Pinball abandona la cantina. Está nominado desde su concepción. Ha quedado coronado como apóstol de la generación perdedora. Nosotros, hace tiempo que adquirimos la categoría de profetas. Y todo lo demás.
Hoja parroquial en Kansas: “Dios odia China”.
El blog de una tal Sonia. Luego habrá que regarlas.
Suramérica is green. Para algunas cosas.
La rendición de Karina. ¿Para cuándo la de las FARC?
Un clásico, el Apático, de Los Acusicas. Frase memorable: “No me doy a la bebida por lo lejos que está el bar”.
Cuidado con el fuego. Descubre cosas ocultas.
Leído en El Mundo. El paro acaba con las prestaciones.
En la Gaceta de los Negocios hablan del consumo de drogas blandas en ciertas regiones. Currucu la paloma, veo la paloma y me duermo, que diría el otro. Y sale el sol. Y todo lo demás.
Para los taurinos nace Tendidodesol.com.
Hace unos años había una pintada en la puerta de La Merced. Decía lo de Murcia: Tres Sectas Peligrosas. Hasta los curas me dan la razón. Extremismo puro y duro. Y lo dice un católico.
Vayamos a radiografíar un poco el asunto. Canción de las 8 y un minuto, un clásico de los Hombres G. Si, de los Hombres G: El orgullo de mamá. Incluso en vocecita sola de David.
Necesitamos ayuda aunque no nos demos cuenta. Y no sé si es bueno el psicoanálisis. SOS, de verdad. Ritmo declinante. Mal humor a todas horas. Estoy buscando conflictos, en trenes o fuera de ellos. Juezas con toga. La paciencia es la gran mentira de la humanidad. Como el arrepentimiento. Transiciones ordenadas. Pieles transparentes. Resurrecciones imposibles. Todo podrido, y gusanos por los ojos.
Palabras inexactas. Laberintos rojos, de color sangre. Contaminación en las ideas. Cobijo y huída, alrededor de ninguna parte. Descanso imposible. Rezos calculados, energía ausente. Castillos y tijeras, camas punzantes, escobas clavadas, aire mentiroso, distracción ociosa, horas comprobadas, regalos inconvenientes, adoraciones azules, leña caída, saliva amigable, manos ajenas, encantamientos devueltos, caras repetidas. Miedo colorido, camino pedregoso, privilegio parecido, centrales del horror. Por más que intenté recordar la lucidez no la consiga encontrar. Y no lo conseguí, y no hay confianza. Cuerdas girando. Cuerpo colgado. Una peli a medio ver. Una calculadora que marca 18. Ya no está. El tiempo perdido, cuchillas. Tijeras de 25 centilitros. Hilos y espadas. Lápices verdes. Servidumbres a medida. Hechas a medida. Palabras encontradas. Casas abiertas. Palabras perdidas. El olvido. Y una foto con sal y limón, barcos perdidos en mitad de un vaso que pone Coaching Inn.
Anoche don Paco me dijo que el Bombay se debe tomar con Fever tree. Lo probé. No sé. Lo noté más suave. Pero si lo dice Ferrán Adriá será por algo.
Tres minutos. Cuatro puertas. Tarantino. Perdimos nuestra oportunidad, el gran golpe. Pero todavía hay valientes que se juegan el culo. No sé, no sé, que decir, digo.
A ver si escriben algo decente. Iniciales, tus iniciales. Recuérdalas, PP. Y encima, del Everton.
La Historia del Cubalibre. Leído en No sólo de pan vive el hombre, un blog muy apañado.
Esto ya me lo habían contado. Vete tu a saber. ¿Y cómo dice un pino tsunami? Ola, ola, superola. Leío en otro blog muy chulo, despiertateya.blogspot.com.
Esta noche he estado un rato con un profe de Religión que conocí en el CAP. Me da mucho el follón. Cada dos o tres semanas le cojo el telefóno, porque sé que Jesús, Pedro y sus secuaces me lo agradecerán. El camino de Damasco y todo lo demás. Y que se espabilen. Aunque creo que Rosa se equivoca. Acaba de perder mi voto.
En desvariando.com he visto este video sobre grafitis(el Word siempre los cambia por grafitos). Espectacular.
77738. De momento.
Los museos y los niños de la ESO.
El martes me dejó Jesús un libro de Félix Romeo. En este caso, Dibujos Animados. Novela sin pretensiones, ejercicio memorístico de un pasado que se fue, pero del que algo queda. Desde el golpe de Tejero hasta los accidentes familiares, todo está presente: fotos que coleccionamos de futbolistas en la infancia, academias de inglés, vecinas feas y cojas con las que obligaban a pasar la tarde, conejos que esperan su turno de muerte en la bañera de casa. Cosas que nos han pasado a todos. O a casi todos. Me quedo con 3 frases: “Pero en algún sitio tienen que vivir las putas”. Esta primera está bien, lo que no me parece bien (y lo digo porque lo sufro en primera personal masculino singular, es que los clientes toquen el claxon de madrugada; que una cosa que duerma poco, y otra que me alteren los biorritmos). “A las academias sólo van los chalados”. En esta segunda tengo un poco de experiencia. El problema es que los chalados son la mayoría de veces los profes. Hay por ahí un preparador de oposiciones, un tal Antonio, exprofe mío en el nº9, que se lleva la palma. Pero hoy no es día para hablar mal de la gente. Hoy he hablado bien del tal A. la última: “Uno no dice nada profundo cuando se muere”. La verdad es que me esperaba más del libro.
¿Otra de memorias familiares? Acabo de terminar de leer Naturaleza infiel, de Cristina Grande. Joder con Zaragoza, llevo una buna tira de libros de aragoneses en lo que va de año. Y encima, los miércoles me toca venirme en el tren con una aragonesa que no tiene ni idea de libros. Es de matemáticas. Lo que me jode es que me confunden en la sala con alguien de matemáticas. Debo dar el perfil de gilipollas. Me falta la bata. Y las gafas. A lo que iba. Librito que cuenta en 142 páginas (se leen rapidísimas) la vida de Renata. Un manual de redención en el que ajustar cuentas con la vida y con la muerte, sobre todo, alegrándote de algunos males ajenos. La muerte de un padre demuestra la traición de los corazones, y de que no es oro todo lo que reluce (aunque se guarde en las mejores cajas de seguridad). Dos mellizas que no se parecen. Las drogas que joden a una de ellas. Las insinuaciones en un pueblo sobre las andanzas de un padre. La madre que saca brillo al suelo para no pensar. La promiscuidad. Tener que llegar a la treintena para poder empezar a comprender, a entender. Los profesores que mueren de cirrosis. Las misas de los sábados por la tarde que no valen como las de los domingos. En fin, el reflejo de lo falsa que es la burguesía, el puto Estado en general. Estilo sencillo para contar dramas postmodernos. Dramas de siempre. El drama de la vida. Y suspender la puta encerrona. Y todo lo demás. Y la gente de orden es la que aprueba unas oposiciones. Y punto.
El oso gallego, el que fue ministro franquista. Y el otro oso. Y Le Pen vende su Peugeot en ebay.
Visto en el diario Público. Sin comentarios.
El principio de Peter llevado a sus últimas consecuencias en este presidente.
Más sobre Puerta.
Una de misinos, misinos (seguro que el puto gato se llama Diógenes, o algo así). Castración, y aniquilamiento.
Ya no me sorprendo de nada de los autobuses.
Cada día la veo decenas de veces. Cientos, porque no, paro de entrar y salir del dormitorio de la casa en que soy inquilino. Inquilino catastral, pero eso lo cuento otro día, que hoy es viernes y tengo que limpiar la casa en que soy inquilino catastral. Cada día, decenas de veces, veo la orla de la II promoción de la licenciatura en Historia (1996-2000). Vaya panda de julays, de idiotas, de incautos en general. Como ahora está de moda eso de la igualdad, y todas esas tonterías, y hasta está Bibiana poniendo firme al personal (flamenquito y ministerio, menudo guión podría hacer Almodóvar), no haré distinciones sexuales, que lo dice la Constitución tan cutre que tenemos. Iba poco por la clase, a lo poco que me gustaba, pero cuándo iba me daba cuenta de lo subnormal que era el personal en su mayoría. Había excepciones, cómo días de lluvia en Murcia, poquitos, poquitos. Sólo hay un muerto (de los de arriba, un tipo que te suspendía si no sabías dibujar), pero no voy a decir que me alegraré de las desgracias ajenas de las mayorías de mis compis de promoción. No voy a tener sentimiento de culpa. Qué mierda de grupo. Debían estar muertos la mitad. Daban miedo, y no sólo en lo físico. Vamos, que estaban muertos en vida. Vaya páramo neuronal. Vaya páramo intelectual. Siempre podremos ir al tanatorio cuándo empiece a caer y echar unas risas. Vaya páramo.
Ayer vi Basquiat, la peli de Julian Schnabel sobre el pintor negro Jean-Michel Basquiat. El pintor negro, digo. Hay un momento de la peli, en el que el pintor es entrevistado por un periodista puñetero(interpretado por Christopher Walken), en el que las preguntas van a su condición racial. Más o menos. Es uno de los momentos tensos de la peli. ¿Recordamos algún pintor negro? Juan de Pareja, el esclavo de Velázquez, el único que recuerdo ahora mismo. De buena familia, Basquiat toma pronto su propio camino, grafitero en primer lugar, bajo el sobrenombre de SAMO (LA MISMA VIEJA MIERDA). Y es ahí, en el entramado callejero, dónde tomba renombre. Y pronto, según cuenta la peli, es utilizado por todos, que quieren ver, mostrar en él, el sueño americano. En este caso, el sueño afroamericano, o en este particular, tahitiano-puertorriqueño. Pero el ascenso meteórico, siempre según la peli, es un ascenso paralelo en el mundo de las drogas. De casi todas las drogas. Parece ser que se veía un poco como el perrito faldero de Warhol y de todos esos artistas pop que van por el mundo reinventando el arte popular. Vaya misma vieja porquería, ilustrada con colorines y plátanos. La palmó de una sobredosis de heroína un 12 de agosto, después de pasar un tiempo en Hawai desintoxicándose. Imaginad un doce de agosto en Nueva York, pinceles, asfixia, jeringas. Y todo lo demás.