jueves, 4 de enero de 2018

Three Girls. Primera temporada.

Un gran dramón el de la primera temporada de Three Girls. Dramón. Bien hecho. Factura BBC. Dramón de los que nos encontramos en ambientes desestructurados, de ambientes de hacinamiento, de ambientos de marginación. Y ahí, en ese contexto, la mafia hace su agosto. Y el calendario entero. Día tras día. Niñas de 15 años obligadas a tener relaciones con pakistaníes. Y a partir de ahí, el sufrimiento que sufren. No solo las chicas, sus familias, las trabajadores de Salud Sexual. Y también refleja Three Girls el problema de la legislación, de los problemas estatuarios, de la incomprensión de parte de la policía y de parte de Servicios Sociales. Y este ejemplo, el de la localidad de Rochdale, es extrapolable a muchos lugares, a demasiados sitios, a incontables barrios de más de un Manchester. Muchas veces mezclamos educación, enseñanza y palabras vanas. A veces es imposible ser equidistante, a veces es difícil ser justo, es difícil ser correcto. Y en mitad de esa locura, siempre hay un rayo de esperanza aunque los obstáculos son enormes. Pero la justicia es ciega, y las perspectivas, poco convincentes. Y se caen los palos del sombrajo. Y los juicios, y la mierda saltando, y las injusticias, y un futuro manchado pero gris. Y hay muchos tipos de grises. Reflexiona Three Girls sobre el mirar hacia otro lado, sobre la mentira institucionalizada, sobre la falta de agallas de políticos, policías y servicios sociales. Injusticia hecha serie. Grandísima serie.