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miércoles, 30 de septiembre de 2015
Ray Donovan. Tercera temporada
Con la Iglesia hemos topado; con los ricos hemos topado; con el profe viudo de matemáticas hemos topado; con los armenios (esto me hace recordar Braquo) hemos topado; con los atizadores hemos topado; con los prostíbulos hemos topado; con los curas que persiguen curas hemos topado; con un viajecito de la esposa que soporta los cuernos hemos topado en su vuelta a Boston; con los amigos que nos utilizan hemos topado; con la confusión entre amor y familiaridad hemos topado; con demasiadas cosas hemos topado en la tercera temporada de Ray Donovan; pero como hemos disfrutado con toparnos con tantos asuntos, tan feos y tan maravillosos, con el eterno tema del equipo de NFL en Los Ángeles y con los exagentes de agencias metido al sector privado. Una cosa es una cosa, seis media docena y doce capítulos de Ray Donovan demasidos conflictos con los que encontrarnos. Y todo lo demás.
Un gran desastre
El que nos espera el 20 de diciembre. Este asunto es cíclico, siempre, antes y ahora. La misma mierda que sufren los mismos, mientras ministros y golfos buscan su Crematorio particular. Y todo lo demás.
domingo, 27 de septiembre de 2015
Las ovejas no pierden el tren
En determinados momentos, las películas ayudan a no perder la perspectiva, a no perder el norte, a brujulear en mitad de la tormenta. Todo eso pasa con Las ovejas no pierden el tren.
sábado, 26 de septiembre de 2015
Narcos. Primera temporada
Resulta confuso hablar de Narcos y de la figura de Pablo Escobar. O quizás hablar de Escobar. Narcos narra una visión de la historia, con demasiados reflejos desde la óptica de Yankilandia que es la que paga la fiesta. Cuándo en los noventas se hablaba de Escobar había una mezcla de opiniones: el zar de la droga y el tipo que ayudaba a las familias pobres, el asesino de políticos como Luis Carlos Galán o de periodistas como la hija del presidente colombiano Diana Turbay, el tipo que se llevaba a su Hacienda Nápoles todo tipo de garzas del Himalaya y animales exóticos por millones de dólares. Pero Narcos también cuenta los intereses de los políticos: de los gringos por evitar la fuga de capitales desde la floreciente Miami y Nueva York a la Colombia de los ochentas, de la falsedad de Reagan que imponía normas restrictivas mientras sus asesores eran los reyes del paso de cebra, de Bush padre que pasaba de salir en fotos con Noriega a perseguirlo hasta la cárcel. Y el miedo a la extradición a los USA marca parte de la serie y el cambio de opinión de los Gaviria de turno. Gran serie aunque para mejorar el estado de ánimo no sé si es lo mejor. Y todo lo demás.
The Wrong Mans. Primera temporada
Menudo despiporre el de estos british. Cuando uno está de capa caída, con la moral baja, viene bien desconectar para mirarlo todo desde una perspectiva diferente durante un rato: teléfonos móviles, equívocos uno detrás de otros, surrealismo de hospital, dardos en el cuello, babas en el coche, bridas de usos múltiples cual edificio ministerial en torno a desapariciones y rescates mientras tu madre te pide una bolsa de agua caliente para la cama. Humillaciones varias en la que nada es lo que parece ni nadie actúa cómo debería. O tal vez sí. Puestos a darle hilo a la cometa del despropósito, cosificamos el asunto y nos metemos en una espiral surrealista. Fundir en algo candente. El entretenimiento eficaz es dificilísimo. Y en la primera temporada de The Wrong Mans se nos escapa algún chascarrillo británico, pero es lo que hay. Puestos a innovar en mitad de la depresión, solo queda mirar hacia adelante, ponerle precinto al sobrino del mafioso en la boca y subir al último piso en busca de no se sabe. Eslóganes de sala de reunión, bolsa de peligros, olores de pasillo antes de la locura colectiva y la traición central. Quizás tiene capítulos mejores que otros, pero lo previsto en un guión no siempre se cumple. O no se cumple cómo la cerveza que promete mucho y se queda en espuma. O en estabilizador de cobalto en mitad de una pinta de mucho precio y poco cuerpo.
viernes, 25 de septiembre de 2015
jueves, 24 de septiembre de 2015
Putas asesinas
En mitad de la desesperación de la noche, cuando las pastillas para dormir no funcionan, empecé la lectura de Putas asesinas. He de reconocer que las 4 veces que comencé con Los detectives salvajes lo abandoné. Putas asesinas lo terminé de vuelta de Cartagena en un tren parado entre Balsicas y Torre Pacheco en mitad de ninguna parte. De ninguna parte. Y al principio me decepcionó: demasiados nombres propios resumidos en una mayúscula, demasiada vida cotidiana que ni en ese lugar en mitad de ningún sitio a las doce de la noche brillaría. De todos los relatos destacar Buba y Putas asesinas, relatos que se quedan en la retina y en la memoria, lejos o cerca de ningún sitio. Y todo lo demás.
lunes, 21 de septiembre de 2015
domingo, 20 de septiembre de 2015
Happy Valley. Primera temporada
Casi todo el mundo tiene una racha de tragar hiel. Durante bastantes ratos, durante algunos días, durante numerosas semanas, durante insoportables meses de dolor, durante años y, llegado el caso, como ocurre en la primera temporada de Happy Valley, la vida es una sucesión de tragos de hiel de los que nunca se acaban. La vida es una mierda pero es peor para algunas personas. Un puto infierno, un jodido valle en el que los palos se suceden, los de la vida familiar y los de la vida laboral, los palos que recibes en el suelo y en el cementerio, en la cocina con tu hijo borracho y en el cementerio ante la vida de tu hija, en el despacho y en el hospicio que ayuda a los sin casa, por los recién salidos de la cárcel o por los que se dedican al trapicheo, por tu hermana descarriada o por el contable que quiere pagar el cole de sus hijos. Todo es hiel inimaginable en Happy Valley, joder. Aunque es hiel adictiva, bien hecha, de gran calidad, de detalles de hipoteca de letra pequeña, hay sermones de madre a una niña que debería haber estudiado historia y no lo hizo, hay llamadas de teléfono delatoras, hay motos de justicia poética, hay casas barco que no arden, hay etiquetas de dolor inmundo. Y todo lo demás.
viernes, 18 de septiembre de 2015
Waterloo 2.0
El Francia 75 Vs España 80 de anoche no es cualquier cosa. Puestos a cosificar, puestos a gameizar, puestos a recordar hitos podemos hacer memoria. Y podemos decir distintos palabros sobre lo de Orenga en España 2014. Pero no estamos aquí para eso, que el Principio de Peter se encarga de esos motivos. Estamos para recordar en nuestras retinas: no solo los 40 gasolianos sino la velocidad de los Sergios y algún detalle (con o sin Ellos) más. O no. Gestos y momentos. Pensaba que en el tercer cuarto nos dejaban el culo como la bandera japonesa. Iban a repetir lo del 6 de agosto. Lo del 9 de agosto. Con 27.000 individuos desatados. Pero no. Volvimos a envenenar a Napoleón. Volvimos a quemar a Juana de Arco. Ninguno de ellos francés, como casi ninguno de los que jugaba ayer con la azul. Pero eso ya es lo demnos. Nuestras retinas fueron privilegiadas al filtrarnos la maravilla de partido. El descanso de Gasol en el último cuartos. La Chachomanía. Quizás, la decepción, Mirotic. Pero ahora se olvida casi todo. Se perdona casi todo. O no. Pero siempre tendremos este San Quintín en nuestra memoria que cada día es menor. O no. Lo bueno se olvida pronto y lo malo se magnifica. Se orenganiza todo. Pero lo de ayer no fue normal. Fue la fundición de la torre que nunca existió, fue vestir el arco del triunfo de amarillo y rojo, fue un indurainazo, fue la reivindicación de que no siempre seremos Arconadas. Y todo lo demás.
jueves, 17 de septiembre de 2015
Gastando suelas
Buscando nuevas fronteras de aquí a 10 días. O de aquí a las semanas que hagan falta. ¿Preparo los mapas para mis alumnos con nuevas fronteras? ¿Y por qué no multiplicamos las fronteras? Buscando soluciones a problemas irreales, a fantasías de color desanimado. Y todo lo demás.
lunes, 14 de septiembre de 2015
Cool Read Magazine
Ya podéis, sin Iglesias de por medio, leer las críticas cinematográficos del señor Bautista Garrigós en Cool Read Magazine.
Las entradas pendientes
Como nuestra Consejería de Educación nos toma el pelo sistemáticamente, ahora resulta que los primeros de la lista muchas veces salimos perjudicados: llegamos a los centros con horarios hechos de mañana, tarde y noche. Y el cansancio hace que ni las entradas pendientes lleguen a ver la luz. Voy a tener el gintonicdream prácticamente abandonado, pero el miércoles cuando ponga una copia de mi horario lo justificaré. Otro beso con lengua para el presidente, la consejera y todos los que hacen alianza contra mi.
domingo, 13 de septiembre de 2015
Mr Robot. Primera temporada
Entre horarios de mierda, disgustos, jodiendas con vistas al ordenador y visitas a pisos, empecé a ver Mr. Robot. La impresión primera con Mr. Robot te lleva a un pudding realizado con una mezcla de extractos de V de Vendetta y Réquiem por un sueño. Uno de esos cócteles que al principio iluminan, luego se saborean mejor pero que dejan un punto de amargura. Nada que no nos provoque desolación y darle hilo a la cometa de la imaginación. Quizás chirríe un tanto Christian Slater, imagen ilusoria de lo que fue en un pasado con tienda rara. Los jóvenes protagonistas que llevan el peso de la acción transmiten, dejan sensaciones destacables con momentos de tensión que no desmerecen en nada a la serie. Si de darle a la imaginación se trata, el mundo de los hackers drogota llama la atención de una sociedad yonkicapitalista como la nuestra. Pero la serie da un vuelta de tuerca y busca los límites de dicha sociedad, como acabar con sus excesos, deficiencias y prejuicios. Y puestos a hackear, nos metemos en jardines y perfiles ajenos, en merienda con y sin negros, en historias para dejar de soñar y meter(nos) en un infierno. Todos necesitamos un Apocalipsis, pero a nuestro debido tiempo. Todos necesitamos visiones iluminarias para acabar con la desesperación aunque en ese zoo en el que acabamos, esa lata de sardinas que nos oprime no sea exactamente lo que esperábamos. O tal vez si y no lo queramos asumir. Y todo lo demás.
lunes, 7 de septiembre de 2015
Libros manifiestamente mejorables
En mitad de ninguna parte, sin avanzar, repitiendo los mismos fallos, nos metemos en el berenjenal de la repetición, del error sistemático. Menos mal que algunas imágenes nos salvan en el centro de la tormenta. Y todo lo demás.
domingo, 6 de septiembre de 2015
¿No te gustó el guisado?
Antes de que te pasen la balleta por la mesa, sin preguntar, hay que preguntar por el guisado. ¿Te ha gustado el último guisado qué tomaste en un bar con óleos peculiares?
La arrogancia del domingo
No es la misma de la de un lunes. Para nada. Vuelve la duda del lunes por la tarde o domingo por la tarde. Nos salva el Eurobasket hasta que venga la debacle. Tuvimos una orenganiana y nos espera una italiana. O lo que esté por llegar, en una carta de un hospital militar transalpino o por una notificación de Twitter. ¿Qué somos capaces de soportar? ¿Por qué aguantamos que nos dirija un señorito andaluz? ¿Por qué un sevillano con pretensiones nos lleva al delirio? ¿Por qué ponemos a tipos irresponsables en un puesto de responsabilidad sin merecerlos?
En mitad de la lluvia
Cuando una llave no es un anillo en mitad del mono. Nada es lo que parece, incluso los híbridos que copian de muchos sitios pero enseñan himnos maravillosos. A oscuras, en mitad de ningún, comiendo el pescado que criaste en tu asquerosa pecera de sueños de cristal. Y todo lo demás.
viernes, 4 de septiembre de 2015
The Making of the Mob
Lo más llamativo de The Making of the Mob es que parece educativo. Y, al final, lo es. ¿Cómo se montaron el chiringuito de la mafia Lucky Luciano, Frank Costello, Vito Genovese, Bugsy Siegel y Meyer Lansky? Lo primero, currando mucho, como debe ser. Y si había que dejar regueros de muertos por el camino, también. Nos cuenta la voz de Ray Liotta como crearon su imperio, como saltaba la sangre a chorros, como las cartas, el alcohol y las putas cimentaron su negocio y como acabaron enterrados todos. Encerrados o enterrados, que en muchas ocasiones no sabes que es peor. Lo peor es siempre un infierno muy personal, y en The Making of the Mob vemos que no siempre el pastizal da la felicidad. La creación de las familias, esas cinco cabezas pensantes, en ocasiones sin saber si tiraba más el arre que el so. Y qué mas da, digo yo. No se crean imperios todos los días, y se mantienen siendo perseguidos por jueces, fiscales, periodistas y enemigos internos. Los más problemáticos son siempre los enemigos internos. Y cada uno de los cinco protagonistas principales con sus demonios interiores pero con talentos especiales: Meyer Lansky el cerebro que todos queremos tener; Bugsy, el show, el espectáculo; Vito, lo visceral; Frank Costello, la imagen del padrino que fallece en el 73 en su apartamento de Manhattan; y Lucky, el aglutinador de todo, en la oficina, en el puticlub, en su encarcelamiento, en Cuba y en Italia hasta su muerte en el 62. Lo dicho, muy educativo.
jueves, 3 de septiembre de 2015
Tyrant. Segunda temporada
Lo de Caín y Abel se queda corto otra vez en la segunda temporada de Tyrant. En su bíblico desarrollo, vuelven las jodiendas de actualidad: califato islámico loco de atar contra el Estado establecido. Pero el Mesías venido de la Yanquilandia vuelve a resugir de las arenas del desierto para liberar al Estado. Todo muy de CNN en mitad del petróleo. Pero al final en la familia siempre está la salvación. O la muerte. Demasiados secretos. Demasiadas muertes innecesarias. Demasiados vuelos sin control. Todo está bajo control hasta que deja de estarlo. Mercenarios, hermanos desconocidos, beduinos salvadores, venganzas inconfesables, discotecas en mitad de la nada, lanzamientos en plan El Pianista y demasiados puntos suspensivos por el camino. O tal vez, no. Y todo lo demás.
miércoles, 2 de septiembre de 2015
Show me a Hero
Nadie se acuerda de los que cimentaron el estado del bienestar. Nadie. Nos hemos acostumbrado a que todo sea cotidiano. Normal. Que salga agua por los grifos y todas esas jodiendas con vistas a la bahía. Bajamos 300 kilómetros al sur y no es tan normal. Nada. Ni normal ni agua. Show me a Hero no es un tocino de cielo. No es azúcar. Es desagradable en muchas ocasiones. En sus primeros capítulos hay demasiados gritos, pero es que la vida es un rumor hasta que te salta la tapa de los sesos en mitad de un cementerio después de ver a tu padre muerto. Es así. Llegas joven al poder y luego todo es un sucedáneo. Una jodienda con vistas al Hudson. Todo es mentira en nuestra vida. Todo o casi todo. Todo es mierda sobre mierda. Recomendable para ver que nada es perfecto y en la imperfecciones está la salvación. O tal vez no. En la vida tenemos nuestro Treme particular, nuestro The Wire particular, pero lo de las viviendas sociales es otro cantar. Todos vamos de pijoprogres pero nadie quiere la vivienda social al ladito de la propia. Nadie. Lo demás son bacalás.
martes, 1 de septiembre de 2015
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