jueves, 7 de junio de 2018

Sobre Fernando (Grande-Marlaska)

La única vez que he tenido la oportunidad pleistocénica de hacer una pregunta al señor Ministro de la Gobernación (vivan las Cortes de Cádiz, lo del 77 es otra cosa) fue hace mucho tiempo. El señor Fernando (Grande-Marlaska) vino a una charla coloquio en el Arco de San Juan y tuvimos dicha ocasión. Yo, con la imprudencia de aquellas épocas sin canas, fui de los primeros en preguntar (no sé el atrevimiento) sobre algo que me vino a la cacerola el asunto de Pinochet, Londres y Garzón. Aquel jaleo que abría el Telediario día par e impar, acabase en ese o en o. Daba igual. Había que hablar del tema. Recuerdo que la respuesta fue aquella de otro ministro (en este caso, de Estado, que el cambio después de la Guerra Civil fue una pamplina): decir sí, quiere decir quizás; decir quizás, quiere decir que no; decir no... no se puede puede porque entonces vaya titular del Ministerio de Estado. No me enteré de la respuesta. Si recuerdo de aquel día, curso 2007/2008, viernes que me fui como vine. Bueno, un agua vichinesca me llevé al cuerpo. Y nada más. Pero recordé lo que me dijo el profesor don Alejandro García García, en clase en el curso 1999/2000 sobre aquel asunto londinense. El profesor, en aquella clase en la que había un piano, me dijo que aquel personaje debía morir en Chile y en su cama. Y tanto Fernando como don Alejandro me dieron respuestas que no esperaba, tanto o más como el nombramiento del primero como jefe del Ministerio de la Gobernación. Y todo lo demás también. Coda: De aquel día en el Arco de San Juan también recuerdo la cantidad de guardaespaldas que llevaba el hoy ministro y que Fran Sánchez, hoy director general de juventud de la CARM habló en la presentación del asunto del grupo musical. Coda 2: A mis alumnos les sigo recomendando que utilicen la doble denominación de los ministerios, que una Guerra Civil y una Dictadura no olviden el pasado nombre de esas instituciones. Y que al Presidente del Gobierno también se le podía llamar Presidente del Consejo. De Ministros, claro está.