jueves, 11 de julio de 2019

Celia en la revolución (adaptación sonora de Carlos Alsina)

Ayer estaba yo meditando, en plan Sergio Algora, sobre el tiempo y la distancia, escuchando a Alsina entrevistar (y confidenciar) con Lola Herrera. Y ya, muy al final, habló de la adaptación sonora de Celia en la revolución que hicieron en Onda Cero, sobre la obra de Elena Fortún. A Celia la recordamos por la serie de TVE, pero era otra Celia. Fue un pelotazo. Pero Celia en la revolución es dolor y sangre, es comer rata después de comer perro, después de comer gato, después de comer burro, después de comer zanahoria duras y habas con bichos. Se repite lo de habas con bichos varias veces. Igual que repite el padre de Celia, en su utopía, que la Sociedad de Naciones iba a intervenir en España contra los militares sublevados. Habladurías. Como siempre, Alsina cuida todos los detalles desde el principio, desde la detención del abuelo de Celia al principio de la guerra hasta el final de la historia en 1939. En ese periplo de ciudades y personas, de trenes en Madrid, de carros en Segovia, de olor a naranjas en Valencia, de nochebuena en Barcelona, nos ilustra con imágenes esa puta Guerra Civil Española, esa guerra de hambre y derrota, porque fuimos derrotados todos. Hay que escucharla, y ponerla en clase, y que los alumnos la escuchen y reflexionen un ratito. No mucho, que ahora ya tenemos a esa clase política que como dijo ayer Lola Herrera (que recordó que ella nació en 1935) vende espuma, humo. Y que aburren a las ovejas. Centrémonos en recordar lo importante y no repitamos errores. Y todo lo demás, también.

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