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jueves, 13 de febrero de 2020
The New Pope. Primera temporada.
Esponjas y taparrabos. Así empieza The New Pope. Con una monja tentada por el vicario de Dios en el la tierra. Pero al vicario le han fallado las visagras, y no está para derrapar. No. Hay otros derrapes en The New Pope, como antes en The Young Pope. Y como en el grupo, si hay que recuperar a La Monja Enana, se recupera. No vaya a ser que... Enfermedades, cardenales reconocibles, esperas de arterias, injertos (vulgo, trasplantes) híbridos y silencios de oración. Oración y espera. Y lo que haga falta. Ríete tú del Antiguo, del Nuevo, de los Testamentos Apócrifos. ¿Es The New Pope un insulto? ¿Una irreverencia? ¿Se reirá Dios de esta serie o tendrá Dios tiempo para ni siquiera preocuparse por ella? Mentira sobre mentira. O lo que sea. ¿La idolatría es el preludio de la guerra? ¿De verdad dicen eso en el primer capítulo o estaba yo soñando? Pío XIII y sus nueve meses en coma y la búsqueda de un plan b. De un Papa B. Proceder, poder... demasiadas pes en una misma frase. Cónclave sobre cónclave. Vaticano y serenidad, planes ocultos, reflexiones varias y bodegones junto a los fallos genéticos. Si el Todopoderoso escribe recto con renglones torcidos, hay Biblias que no cogen la autovía correcta. O sí. Y Viva el Nápoles. Y la repetición del asunto Juan Pablo I, y los candidatos viables y las elecciones equivocadas. ¿Es el Brexit una paso a la descristianización de Europa? Y como Nick Hornby, viendo al Arsenal, podemos ser católicos. ¿De verdad? ¿Seguimos estando tristes por escuchar pop o era al revés? Y también reflexiona The New Pope la desnudez de la Iglesia, esa diferencia fisiológica/patológica sobre los males congénitos del asunto. Si en otras cuestiones se habló de una tercera vía, aquí PS tira por la calle menos sospechada. Beber, rezar, escapar, huir. ¿Qué ponemos por delante en nuestros intereses? ¿Dios? ¿El amor? ¿La inteligencia? ¿Otra vez Dios? ¿Juan Pablo III? ¿Con o sin más giro a la derecha? ¿Es imposible eliminar los prejuicios? ¿Cómo que la Iglesia no tiene que pensar? ¿Eso va en serio? Y la Stone y el Manson como icónicas visitas, y el Benidorm de los enfermos traumatizado. Y como en la última de Ray Donovan, y en la última de los malos buenísimos de Atlantic City, hay que volver al pasado para explicar circunstancias personales, demonios del pasado que vuelven al presente, cajas y gusanos que analizar. Y si hay que bajar a las catacumbas, se baja. O al mismísimo Infierno. Atentados y milagros inconclusos. Cerrazón. Depresión. Perros e hijos de perra muertos. La distorsión del amor. Y sermones que no son sermones, sermones que son obras de arte. Ríete tú de La Piedad, de La Piedad destrozada, de La Piedad reconstruida. Y el peligro materializado después de otro sermón. Culos que salvar. Niños que no tienen culpa. Como la humanidad. Santos en vida. Fanatismos, mierdas varias.
Y los dobles juegos, en mitad de la nada. ¿Qué es un Papa? ¿Qué es un Sumo Pontífice? ¿Y dos a la vez? Y si hay que recordar la Guerra de la Sal, se recuerda. Y todo lo demás, también.
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