martes, 25 de octubre de 2011

TANiA CON i 56ª. edición


Tengo que admitir que TANiA CON i 56ª. edición me ha hecho sentir cosas inesperadas. Demasiadas y demasiadas buenas. Tengo que admitir que Enrique Rubio había dejado el listón muy alto con Tengo una pistola. Tengo que admitir que me resultaba ilógico que en tan poco tiempo pudiera batir el récord del mundo de longitud en una 2ª novela sin tener que ir al Estadio Olímpico de México, ni sin pertenecer al Black Power.

Tengo que admitir que es saludable y beneficioso leer algo, aunque lento, que nos describe los modos cambiantes. Tengo que admitir, y jurar, que somos unos vendidos a las corrientes de opinión y al que dirán y, como siempre nos recuerda Trecet, esto va del "pantalón campana sí, pantalón campana no". ¿Quién cojones puso de moda El Señor de los Anillos? ¿Quién hizo obligatorio ver pelis francesas? ¿Por qué las mujeres llevan sandalias en noviembre? ¿Y este curso quién ha sido el guapo que pone en voga los pantalones flúor en cualquier modalidad?

Pues eso, que tengo que admitir que Enrique Rubio, con ese aspecto de geniecillo loco de laboratorio químico nos ha enseñado que la Tania de TANiA CON i es el ICONO CAMBIANTE. Desde ahora, no hablaremos de cambios cíclicos, simplemente hablaremos de Tania. No nos hace falta leer la opinión del sociólogo, ni del periodista, ni del psicólogo, nos hace falta esa Tania que nos dejo escrito que "los que hacen las revoluciones a media no hacen más que cavar sus propias tumbas". ¿Cómo una garrula de pueblo se convierte en ICONO CAMBIANTE? ¿Cómo te dejas engañar cada vez que sales a cenar?

Y del chip de los guardias civiles, , de sus mujeres y de la Guardia Civil, hablaré otro día. Tengo que admitir que leer esta TANiA CON i es una buena medicina en este sótano oscuro en el que nos embarcamos en el día a día. ¿Cómo pasar de neohippie guay a indie? Se preguntaba Nick Hornby si escuchamos música pop porque estamos tristes o estamos tristes por escuchar música pop. ¿Depende de tí o depende de mí? ¿Pienso en mí o pienso por tí? ¿Tan importante fue Morrisey, y David Lynch y Sonic Youth?

¿Cómo pasar del misticismo al comunismo? El problema, no sólo en Castilla La Mancha, es que Lexatín hay que pagarlo, antes y después de dormir. Las revoluciones cuestan dinero. ¿Por qué televisamos la muerte de un dictador? ¿Borregos durante décadas o simples fotocopias de un folio que alguien nos vendió sin necesitarlo? Tengo que admitir que me cuesta entender como alguien puede pasar de artista bisexual a radikal total. No lo entiendo. No puedo.

Todo es moda, todo es un MySpace olvidado. Sí, el repetido verso de ayer es lápida olvidada en el cementerio del pasado. ¿Make art? ¿Cómo pasar de solidaria a gótica? ¿Cómo creer que algo odioso resulta saludable? De las misiones al hundimiento, de la fiesta del FIB al INFIERNO del que puedan pensar. La minusvalía mental del siglo XXI, vendida, por supuesto, resulta creíble.

Viva la publicidad. Los finales de era son aplaudidos, locuras sin dolor, pureza de cristal azul. Tengo que admitir que a algunos les gustaría abrazar el comunismo, pero la etiqueta del PVP les resulta muy cara. Y, yo, mientras tanto, le doy a la Nocilla porque me la vendió muy bien Ronaldinho. Y todo es mentira.

4 comentarios:

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Me encanta el libro. La verdad es que me hizo mucha ilusión, no te imaginas cuanta, pero de eso me di cuenta cuando empecé a leerlo, de hecho pensé que a veces me conoces más de lo que me conozco yo a mi misma, pero luego ya no te dije nada porque lei el mensaje de tu dear Sergio... y ya la cabeza se me fue a otra parte.

rakel dijo...

Menos mal que hoy estabas cansado.
Y menos mal, que hoy tampoco me decías nada.

Leandro dijo...

Tania en tareas pendientes. Pero a lo que voy: creo que tu reseña es estupenda (más allá de lo estupenda que pueda o no resultar la novela), y sería aún más estupenda sin todos esos videos que has colocado por en medio y dificultan la lectura. O eso creo

salvajuan dijo...

En el futuro, Leandro, intentaré no joder el asunto con videos.