viernes, 11 de octubre de 2013

La chusma andaluza

Ya sé que todo se dramatiza, que todos son unos zampanichos que tenemos el diablos que nos merecemos. Pero la cantidad de chusma subvencionada de Andalucía me da asco, pijo. Desagradable, un vómito pocho de aceite recalentado sin llegar a conocer olivo en otra vida anterior. Y lo más grave es que la pandilla de feminazis (¿lo entendéis o lo deletreo?) del antiguo partido socialista y de la izquierda del Partido Comunista, no levantan la voz. No levantan la voz. Si la jueza Alaya persiguiera a las gaviotas putrefactas, sería idolatrada por la izquierda mediática y no tan mediática. No crean que esto es una alabanza desorbitada al PP. El día que se muera el 90% de los jerifaltes gavioteros, se que la vamos a liar: una chispera en condiciones. Pero la persecución a Alaya es intolerable. Un garrote vil para aquellos que persiguen a los pocos que quieren hacer justicia. Por eso soy seguidor de Sam Peckinpah, de Clint Eastwood y de la jueza Alaya. Y punto. Coda: y, como creyente que soy espero que a cada cerdo que le grita a Alaya, a cada imbécil (per)subvencionado, a cada boñiga andante, a cada mierdaante perseguidor de mujeres, le toque su San Martín como al puto Albino de la cárcel del futuro Hood. Y todo lo demás.

1 comentario:

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

La vida está llena de injusticias. Todos nos vamos a morir antes o después.