miércoles, 26 de julio de 2017

¿Hasta dónde vamos a llegar?

El chiste recuerda al profesor preguntando en clase sobre la reproducción asexual y el flequillo de M. Broderick contestando que su mujer en Juegos de Guerra. Lo castigaban, iba a secretaría y sabía dónde estaba escrita la contraseña que cambiaban cada dos semanas. Cambiaba las notas, y tan feliz. No. Ahora no basta. Ahora nuestras figuras, los que van a sacar al país de la ruina riojana en la que nos encontramos (ya no dicen viva el vino, dicen viva el calimocho) no tienen suficiente. Quieren más. Hackear correos de profesores y todo lo demás. ¿Hasta dónde vamos a llegar.