lunes, 31 de julio de 2017

O cincuenta céntimos

Lo que contó ayer AP-R en su Patente de corso me pasó a mi en la antigua oficina de la pretérita Cajamurcia, ahora BMN, a partir de dentro de nada supongo que BANKIA o cualquier suma de letras del alfabeto que deje libre el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria. O la cerveza con muchas consonantes de cualquier hipermercado extranjero que trabaja en España. A lo que iba. Curso 2014-2015. Barrio del Infante. Oficina de Cajamurcia. Pedí como 300 euros. No cincuenta céntimos, que podía pedirlos. Que son míos. El señor, con su bigote queipodellanista, me dijo que no. Que no. Le dije que no tenía tarjeta ni cartilla ni quería tarjeta ni cartilla. Que me diese mi dinero. Igualito. Tuve que llamar al director y le dije que llamara al director de mi oficina. Que al instante iba a sacar el dinero de la compañía bancaria y me iba a la Gran Vía a informar al departamento de atención al cliente (humillado). El director tuvo que calmar el asunto, pero yo me fui revotado. Pero todo sigue igual. Y así siguen cerrando oficinas, miles cerradas en España desde el comienzo de la última crisis. Bueno, de la penúltima. Y todo lo demás, también.