domingo, 16 de junio de 2013

The Fall. Primera temporada

Los inicios de las series son difíciles. El de The Fall, complejo. Muchas cosas raras. Y encima a la vez. Y Gilliam Anderson. No tenemos bastante con el postX-Files del otro en Californication que llega la rara de Scully y se pone a investigar, recién llegada de Londres, en el norte de Belfast. En el jodido norte de Belfast, sin leones y sin música de Van Morrison, que muy poca gente lo escucha en las islas raras. Asesino en serie que busca a jóvenes con un perfil determinado (que no mystique); compis lesbis; jefes barbudos con pasado que saldrá; maridos a los que le gusta pegar a las esposas; prematuros que mueren jóvenes; niñas que dibujan cosas raras; falsos techos peligrosos; fetichistas cogados; videos con guitarristas (y sin ellas); páginas de contacto; cuerdas en las muñecas; cuadros ilegibles. The Fall, cinco horitas imprescindibles.

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