sábado, 10 de junio de 2017

Flaked. Segunda temporada

Las consecuencias de nuestros actos sobre los demás. Decisiones que causan estragos en la comunidad donde todo el mundo te conoce. Ventas para construir hoteles. Traición. Traición. Traición. Bicis sin sillín, para empezar. Todo es mentira en la época de las bicis sin sillín. Las series sencillas, sin aparentes pretensiones como Flaked, acaban dando sorpresas positivas. Casi 4 meses después, todo ha cambiado. Nada es igual. Hasta los leopardos tienen cuernos. ¿De verdad podemos vivir como si no hubiera existido el ayer? ¿Es posible? Defraudar, algo típico de alcohólicos. Gran invento ese de dar bandazos por la vida. Una vez, otra vez y otra vez. Y llorar por nimiedades. Los accidentes y sus verdades. Barras sin estrellas en el mundo de las palmeras, el sudor, las guitarras y las estanterías movidas. Mentiras por doquier mientras la confianza era total. No hay causas nobles en las mentiras. El centro de atención no es motivo para inventar mierdas. La puerta se abre, antes o después. Pero las segundas oportunidades no son eternas. Cuando el cementerio de mierda adquiere categoría de nuclear, todo puede explotar en múltiples direcciones. Se crea un Chernobyl sentimental de difícil resolución. Pero, en mitad de la reflexión sobre la mentira, vuelve la caída a los infiernos. Y todo lo demás.