lunes, 5 de octubre de 2020

P-Valley. Primera temporada.

Tenía pinta P-Valley de lugar tipo entrañas de True Blood. Pero no. Son juegos distintos. Son deportes distintos. Muy muy distintos. El dinero es despreciable, pero siempre está ahí para joderlo todo, para saltar(se) las reglas, para buscar nuevos socios, para recoger cristales rotos, para disparar a la persona distinta, para huir de algo tangible y necesario, para redefinir el concepto de música y redes sociales. Hay salas que son el paraíso y que acaban en el infierno, como la vida misma. Y siempre hay que devolver favores, buscar enemigos para aliarse con otros, necesitar dolor para buscar placer y redescubrir lo que no necesitamos para abrir una Caja sin Pandora ni sobre barcenísticos. O tal vez, todo sea un error.

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