viernes, 27 de enero de 2012

Cosas que se quedaron en el trastero

Hay veces que amenazas de muerte a la gente y esas mierdas se quedan en saco rato. Sobre todo las mierdas, porque ya casi nadie se atreve con amenazas. Un par de semanas antes de que se muriera el hombre de la camisa verde, en plan cabrón, como el que come piñones, le dije, en plan asistente hitleriano, en plan merkeliano, en plan obama blanco, que si el volvía a hablar mal de los Stone Roses la ibamos a tener. No es la primera vez. Recuerdo, afortunadamente, solo 7 conversaciones con gente que estaba a punto de morir. Hay veces que he llorado y hay veces que me lo he pasado muy bien yo solo. In my dreams, como tiene que ser. El problema eran las conversaciones. El hombre de la camisa verde nunca estaba para hablar. Yo recordaba cuando aparecía hace 15 años con el concejal Bartolín y hablábamos de buenos discos. - Ellos, como yo, pensaban que CRAG era un invento postfranquista. - Me contaron que una habitación la forraron con billetes de 10.000 pesetas. Estuve, en mitad de una pavada, viendo la habitación del concejal carcejil, y se hubiera merecido guillotina. Y los billetes para mí. - Los planetas no se entendían antes sin Sally Cinnamon. Nunca entendí la afinidad que teníamos con esta canción. Le prometí un Lemon Pop con Ian Brown, pero le fallé. Y también nos jodió Pedro Alberto. - De The Grateful Dead no podíamos discutir. Yo pude escuchar un par de estaciones a Jerry García y sus secuaces. El cabrón, 4 años. Cada puta letra. - Siempre me lo echaba en cara. Y siempre metía al cabrón de mi primo por enmedio, ese hijoputa que tenía que estar muerto. Yo no había visto, a principio de los 80's a Leño en el Casino de Algezares. O en algún putositiodelacosterasur. Pero siempre me enseñaba el puto ticket. Y todo lo demás. - De Juan Perro no hablaba, lo consideraba despreciable. Creo que fue la única vez que estuve de acuerdo con él. - A pesar de su aspecto, no nos dejaba mal aliento Javi Ojeda y sus secuaces. No hay nada como danzar a contrapié. - El Manhattan de Morente y Lagartija Nick era innegociable. De eso no se podía discutir. No lo inventé al concierto, era mala fecha. Me dijo que tenía un par de compromisos. Menudo cabrón, lo que se perdió. Pero el muy cabrón me acompañaba cuando yo, encendido, apuraba con niebla La Aurora de Nueva York, que no New York. - Grandes seguidores de Los Brincos, de Alex. Lo de Juan y Junior, bacalá. - Conocíamos al Merino del Palmar por distintos motivos. Yo, porque ese crack enano era un gran base; él, y el otro, ni lo sé ni lo quiero saber. - No entendía el triunfo de la crítica con Family. Yo tampoco. - Sólo coincidíamos con gente como 091, con TNT,con los Clash, con algo de Sergio Algora y con los días de lluvia. No puedo decir hoy nada más, que un rato juegan los Magic. Y, el hombre de la camisa vede, como yo, nunca entendió la derrota de los Magic ante los Rockets. Ni tú ni nadie.

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