Hace 46 minutos
sábado, 19 de enero de 2019
Success. Primera temporada.
Success saca los más bajos instintos. En situación de estrés, confusión, drama y mala sangre. Mal café, lo llaman otros. Venganza, los más espabilados. En el Zagreb sin Petrovic de las nuevas construcciones y la corrupción (no todo es España, no todo Crematorio), hay que sobrevivir. Quien se acerca a un cojo, si al año no cojea, renquea. Pues en esta Croacia, la de la recuperación tras la guerra balcánica (habrá más, al tiempo), siempre hay tiburones que aprovechan la oportunidad (las ministras del gobierno feminazi sanchista hablarían de tiburones, tiburonas y tiburonos). Vaya tela. Lo de siempre. Dramón y mala leche (para unir al mal café de antes). Hay que cuadrar el círculo, hay que represaliar, hay que grabar y hay que tomar medidas (coge la cinta, que tengo la cintura ancha). Policías que juegan a dos bandas, policía (mujer, aclaro para las seguidoras del feminazismo reinante, que a los hombres no los llamamos policíos) que busca venganza, construcciones que hay que terminar, enfermedades que hay que curar, gente que necesita gente, payasos borrachos y personas jodidas que buscan redención. Propuestas que (a veces) no se pueden rechazar, puñetazos, ratas muertes, adictos al juego y balcánicas cuitas. Pero hablando de serbios, croatas, montenegrinos, bosnios, kosovares, eslovenos y demás nacionalidades, siempre hay daños colaterales, tiros en la nuca, cagadas con olor a incienso y muertes prescindibles. Inseguridades, silencios, disparos, sangre, dolor, llanto y mierda sobre mierda. O veneno en una corte. Hospital y olor a desinfectante. Alcohólicos que venden la herencia al mejor alcohol. Da que pensar, y pensar te mete en líos, y abogados sin principios. ¿Cuántas veces te han dicho eso de "cuidado con lo que dices"? Muchas. Todo es mentira. De principio a fin. La ley no existe, existe u tipo que interpreta la ley. Y una pistola en dirección a tu sesera. Despertares, que mañana madrugares (otra gran frase del hombre de la camisa verde). ¿O no era suya?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario