lunes, 26 de febrero de 2024

Las despedidas

La velocidad del mundo contemporáneo no nos lleva a reflexionar, o directamente, a reflexionar lo suficiente. Lo suficiente sobre lo que hemos hecho, y más concretamente, lo que podríamos haber hecho con nuestras vidas. Aunque las casualidades no existen, a veces, la vida nos lleva de un pantallazo de colores distintos a un hecho del pasado que nos cambió, aunque no podamos ponerle nombre a ese hecho, a ese pantallazo de colores distintos convertido en vieja televisión en blanco y negro. O no. Las despedidas, obra de Jacobo Bergareche, nos mete de lleno en el desamor de los ricos que viven esa velocidad del mundo contemporáneo como bestias de safari, sin parar a pensar ni un solo momento en lo que hemos perdido, o estamos perdiendo, o vamos a perder. Las despedidas pone en sus líneas a nuestra disposición unas biografías en las que hay, como en casi todas, demasiados huecos que rellenar pero que no queremos hacerlo delante de las personas con las que convivimos actualmente. ¿Podríamos contar todo lo que hemos hecho a la persona que tenemos al lado nuestro en el presente? En ese desamor, en esa fotografía de zoo que es nuestra vida, es peligroso pensar en la posibilidad de elegir, en la opción b, en lo que se sale de lo común. El personal piensa que puede ejercer de regalador de consejos (continuamente, en todos los ámbitos de la vida, en la familia, en el trabajo, en el ascensor, en la comunidad de vecinos) y no puede aceptar un no como respuesta. ¿Es posible olvidar esos momentos del pasado que hemos idealizado y ya no volverán? En Casi Famosos se repite aquello de que “la gente guapa no tiene valores” (ni falta que hace, decía el hombre de la camisa verde). Al final, como siempre, es mejor guardar silencio, esconderse, pasar desapercibido y olvidar aquello que nos hizo felices, aunque fuese por unos días. Un buen libro con el traer a la memoria esos instantes olvidados por lo rutinario, porque al final, todo es mentira.

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