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miércoles, 23 de mayo de 2012
The Shield. Séptima temporada
Algo ocurre cuando todo se acaba. ¿Verdad? No lo sé, nunca he estado allí, pero tiene que ser jodido para un guionista poner la guinda al pastel y no cagarla. Muy jodido. De primeras no sé si me parece bien o no el final de la séptima temporada de The Shield. Jodida opinión al respecto. La séptima es el reflejo visual del fracaso en casi todos los sentidos. El maldito fracaso familiar. El ingrato fracaso profesional. El más cabrón de los fracasos de la amistad. Una vida por esperar, pero fuera de todos los demás, al más puro estilo Los Punsetes. Te voy a joder o me vas a joder. Pero jodidos, al final, salimos todos. Todo tiene un precio aunque salga el sol. Pero hay cabrones que no tienen cura, sólo piensan en primera persona aunque tengas segundas personas a su lado, sean autistas o no, sean hijas de enfermeras o de vendedoras de casas. O de policías. Como digo, es un fracaso. El sistema, ese en que hay que creer para ascender, ese en el que el negocio más rápido, aunque sea el menos seguro, es el más utilizado. Asciende rápido, y gasta poca gasolina que está muy cara. Y, a ciertas alturas de la vida, en mitad de todos los problemas, las reuniones familiares siempre son peligrosas. Y, cuando te haces con el alma de un cabrón, cuando pasas tiempo con un hijoputa al final de comportas como él. Y todos creemos ser como alguien, imitarlo. Pero no funciona. Un paleto acabará sus días en paletolandia. No hay cielo para paletos. Eso está seguro. Pero el resto tendrán, dentro de ese espacio de ocio llamado infierno, una jodienda en la que el dolor genital es una broma malentendida. Y todo lo demás, también, aunque ya no estarán en nuestras 625 líneas Vic y sus secuaces, ya no habrá asalto porque ya no habrá equipo de asalto. Y punto.
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2 comentarios:
Con lo optimista que estoy hoy que lo veo todo negro...
Tiene momentos optimistas esta temporada.
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