lunes, 11 de abril de 2016

El catalán de Neymar Jr.

Siempre que debo, aunque no siempre puedo porque es difícil expresarse en ciertas clases, les cuento a mis alumnos la fábula del imbécil en cinco idiomas. De la idiotez del bilingüismo, el trilingüísmo, y casi todo lo que acaba de manera parecida. Con cinco estrellas rojas, y o la próxima estrella de David en el brazo, los que solo sabemos un poquito de castellano seremos aislados. Los que hemos tenido el sin perdón de leer solo libros en castellano vamos a acabar sin trabajo docente, excluidos en cárceles para monotemáticos de la lengua española. Seremos los mal vistos, cánceres de colegios e institutos, bárbaros del siglo XXI que no queremos explicar el sector terciario en Inglaterra en la lengua de Shakespeare, y la Gran Llanura Europea en merkeliano. Qué decir del caudal del Loira en lengua de Braquo, por Dios. Seremos sodomizados en prisiones por expertos graduados en Letras extranjeras al servicio del Duce italiano al servicio de la Congregación para la Doctrina de las buenas lenguas. En mitad de nuestra desesperación, hastiados por esta nueva Inquisición que solo quiere sangre fresca en la truebloodizarnos a todos, pediremos perdón: perdón por existir, perdón por no leer a Hornby en inglés, perdón por no entender del danés de Borgen, perdón por perdernos en los subtitulos de Trapped. Mientras tanto, nuestros queridos alumnos (y alumnos, que no se nos enfade la exministra de Igualdad con su sueldazo en tres idiomas), serán imbéciles en tres idiomas, tendrán sus boletines de calificaciones en varios idiomas y seguirán siendo los futuros "algo" con varios diccionarios en su nuevo teléfono móvil. Luego encenderemos la televisión y veremos a secuaces presentadores de informativos españoles hablando palabras que no entenderá ni Dios, porque no sabemos cuáles son los idiomas preferidos de Dios. ¿Sólo el latín? ¿Sólo el hebreo? ¿Sólo el árabe? Guardiola habla de catalanismo en cinco idiomas; a Luis Enrique, el sábado, le preguntaban en euskera, le traducían al catalán y el contestaba en castellano; a Neymar Jr. le invitan en su contrato (o eso dice la prensa de hoy, que no entiendo las ediciones catalanas de los periódicos deportivos estelados, perdón) a que hable catalán. No que marque 60 goles y evitar cantar fados al son de Cristiano. NO. Que hable catalán. El Apocalipsis va a llegar, pero no sabemos en que idioma. Estad preparados y con el Google translate activo. Y punto.

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